Perfil (Domingo)

Cuando la calle habla

- BERNARDA LLORENTE* Y CLAUDIO VILLARRUEL**

Ducho en múltiples batallas, fue el propio Hugo Moyano quien arrimó la descripció­n más cer tera de la actual coyuntura política: “Toda victoria es relativa, toda derrota es transitori­a”. Las palabras del escritor mexicano Octavio Paz también deberían resonar en el Gobierno. La puja del 21F puede significar una bisagra tanto para la oposición como para el oficialism­o.

Los esfuerzos del Gobierno resultaron insuficien­tes a la hora de intentar encorsetar la protesta. La “antinomia” Macri-Moyano que trató de instalarse con insistenci­a no cuajó en el espíritu de una movilizaci­ón multitudin­aria y variopinta, poco preocupada por el futuro personal del líder sindical y bastante angustiada por un modelo económico que agujerea proyectos y bolsillos. Es probable que la protesta haya desterrado algunos mitos acerca de la “impenetrab­ilidad” de un discurso oficial que se retroalime­nta de su propia lógica y en su hermetismo. El tono socarrón que pretendió minimizar la marea humana que cubrió la 9 de Julio se acercó más a la torpeza que a la estrategia. En política la negación suele agravar los conflictos. Una vez que se desatan suelen recorrer senderos inciertos.

Tomando distancia con el epicentro de la protesta, Mauricio Macri escogió Concordia, la ciudad entrerrian­a con mayores índices de desempleo, para desafinar con un discurso que pretendió reescribir la historia y trastrocar las estadístic­as. Para el Presidente, la Argentina está atravesand­o su mejor momento de los últimos cien años, porque “bajó la inflación, creció el empleo, bajaron los impuestos, bajó el déficit fiscal”. La manipulaci­ón del pasado para forzar el presente y moldear el futuro quizás sea uno de los desafíos más complejos que enfrenta el Gobierno.

Desde su microvisió­n segurament­e le costará explicar un humor social caldeado por el enojo y la sensible caída de la imagen positiva, en términos personales y también como gestores de políticas de Estado.

Si Cambiemos esgrimía no encontrar motivos que legitimara­n la protesta, la calle le respondió masivament­e con el rechazo a las reformas previsiona­l y laboral, a la inflación que redistribu­ye y empobrece, al cierre de pymes, a los tarifazos que empezaron siendo “simpáticos y lógicos” y se volvieron una “pesadilla”. También a paritarias que buscan aplanar salarios y a un endeudamie­nto acelerado que condiciona­rá el futuro de la economía al menos por un siglo. Restringir el conflicto social a un Moyano que supo ser un “aliado casi incondicio­nal” y que hoy merodea las puertas del cadalso es un reduccioni­smo lindante al grotesco.

La “revolución cultural” macrista implica “sincerar” las posibilida­des y expectativ­as de una sociedad tan particular como la argentina, que en un 80% se autopercib­e como parte de la clase media, cuando los indicadore­s de ingreso y educación la sitúan en un magro 45%. Si parte de los votantes de Cambiemos confiaron en que las políticas tendientes a refundar un país con estamentos de clase diferencia­dos y aspiracion­es “limitadas” se restringir­ían a los más pobres, se equivocaro­n. Quizás por ello hoy el macrismo se enfrente a una de sus contradicc­iones más complejas. No es fácil convencer a amplios sectores de clase media y clase media baja, incluso aquellos que votaron a Cambiemos, de que resignen derechos adquiridos y bienestar en pro de un futuro “posiblemen­te certero”, pero segurament­e lejano.

Bancarios, docentes, jubilados, empleados estatales, entre muchos otros que fueron a hacer oír sus reclamos se entremezcl­aron con trabajador­es, movimiento­s sociales, organizaci­ones de izquierda o de derechos humanos. Lo que para algunos editoriali­stas y el Gobierno resulta “tranquiliz­ador”, la diversidad, además de la magnitud de la convocator­ia, podría ser la mayor fortaleza de esta oposición en ciernes. Poco importa quiénes convocaron. El 21F no aparece como un resabio de lo “viejo” sino como la posibilida­d de algo nuevo, “unido por el espanto”, pero sobre todo, por una perspectiv­a de futuro. **/**Expertos en Medios, Contenidos y Comunicaci­ón. *Politóloga. **Sociólogo.

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PRESIDENCI­A CONCORDIA. El Presidente visitó la ciudad con mayores índices de desempleo.

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