Muchos de los que defendemos la vida apoyamos despenalizar el aborto: si se aprueba no aumentarán ni disminuirán, pero se harán en condiciones saludables y no morirán más mujeres por esta causa.
ta. La exigencia de la derogación de una ley inaplicable es solo el inicio de la lucha por temas más amplios que estarán en la agenda de los políticos durante la próxima época. La marcha expresó algo más profundo que reivindicaciones: más allá de las teorías, la cultura occidental es la primera de la historia que incorpora elementos de sensatez provenientes de la visión femenina de la vida. La violencia está cada vez más desprestigiada, la guerra se ha proscripto, al menos dentro de Occidente, la ecología reemplazó a la cacería como actividad prestigiosa. Todas esas transformaciones tienen que ver con la importancia que cobró la mujer en la sociedad capitalista. Los países socialistas fueron machistas y no aportaron nada en ninguno de estos temas.
La marcha a propósito del paro mundial fue imponente. Millones de mujeres se movilizaron en todo el mundo reclamando sus derechos. En Argentina una multitud se agolpó frente al Congreso espontáneamente sin los colectivos para acarrear gente que son habituales. Hizo el ridículo una señora que leyó un manifiesto destartalado e incoherente en contra del capitalismo y de un gobierno elegido por la mayoría de las mujeres, con incoherencias como el homenaje a las mujeres que promovieron la revolución soviética. Resulta de pronto que los marinos del Potemkin, Lenin, Trotsky y Stalin han sido mujeres. El fanatismo reaccionario, triturador de ideales, que pudrió a mujeres que eran admiradas en todo el mundo convirtiéndolas en gerentes de empresas y sueños compartidos de mala laya, quiso trasformar una lucha idealista en un piquete. No lo consiguieron. Las asistentes estaban muy por encima del panfleto de una secta. *Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino.