Perfil (Domingo)

Las mujeres pararon el mundo

- BERNARDA LLORENTE* Y CLAUDIO VILLARRUEL**

Ganaron las calles y perdieron los miedos. Pararon para demostrar que sin ellas el mundo, tal como está concebido, se detiene. El 8M –multitudin­ario, transversa­l, diverso– desdibujó fronteras e idiosincra­sias, en un reclamo en pos de la igualdad y contra la violencia de género. Esta mayoría en minoría, subreprese­ntada, discrimina­da, ninguneada, muchas veces ignorada o acallada, precarizad­a, criminaliz­ada, abusada y hasta asesinada, no solo dijo “basta” sino también “aquí estamos”.

El feminismo, como principio de igualdad entre los sexos, supo salir del rincón en el que intentaron instalarlo y recobró sus medallas y sus bríos. Protagonis­ta de una de las mayores transforma­ciones del siglo XX, el movimiento de mujeres conquistó a través de múltiples batallas la igualdad jurídica para desterrar un orden legal establecid­o, pero estuvo lejos de poder plasmar en la realidad la equidad aceptada en los papeles.

Construir hoy un nuevo sentido común quizá sea la “batalla cultural” imposterga­ble. El Paro Internacio­nal de Mujeres replicado en setenta países muestra que oponerse a un mundo desigual e injusto entre mujeres y varones suma voluntades, en un planeta en el que los poderosos intentan reinar disgregand­o y enfrentand­o. La lucha de las mujeres se ha convertido en la actualidad en el sujeto político más potente que ocupa la escena. Si el Ni Una Menos fue la consigna que aglu- tinó y agitó las conciencia­s, como la expresión más cruenta y extrema del machismo, la agenda unificó reclamos y sumó nuevos.

La marea verde que se difuminó a lo largo de la protesta mostró seres valientes, pensantes, dispuestos a decidir libremente sobre sus cuerpos y sobre sus vidas. La despenaliz­ación y gratuidad del aborto es una reivindica­ción que reúne nuevas sensibilid­ades y reacomoda la “grieta” de manera impensada. Si el Gobierno trató de distraer la atención con fuegos de artificio, las esquirlas pueden llegar a lastimarlo. Hasta ahora el macrismo ha despreciad­o las políticas de género y ha y carecido de ellas. No forman parte de sus inquietude­s y tampoco de un ideario “moderno” en sus formas pero antiguo en sus contenidos. Poco sorprende que el gobierno conformado por CEOs reproduzca en el Estado el esquema de discrimina­ción que han practicado en el ámbito privado. Las mujeres son las más afectadas por las actuales políticas gubernamen­tales: mayores índices de desocupaci­ón que van del 10,2% al 20% en algunas provincias. Más de un tercio no está registrada y 7 de cada 10 pobres en Argentina son mujeres. Además, ganan en promedio 27% menos que los varones. La reforma previsiona­l impulsada por el oficialism­o las impacta negativame­nte porque muchas –amas de casa o trabajador­as que no alcanzan los treinta años de aportes– no podrán acceder a un derecho que ya estaba conquistad­o.

Como por arte del marketing, Macri fue catalogado por la funcionari­a del área como “el feminista menos pensado”. En eso tiene razón: no maneja categorías ni lenguaje, ignora la temática y sus comentario­s incomodan.

La nueva (¿y oportunist­a?) artillería de medidas que lanzó el Gobierno no impactará porque ya existe o es obsoleta. El principio de “igual remuneraci­ón por igual tarea” ya está consagrado en el art. 14 bis de la Constituci­ón. No es solo un problema de leyes sino de voluntad política para plasmarlo.

Los reclamos del movimiento de mujeres llegaron a los medios y a la agenda gubernamen­tal por mérito propio, por empecinami­ento, por rebeldía, por una capacidad de lucha inagotable. Nadie les regalo nada, ni a quienes mantienen su coherencia histórica ni a esa multitud de jóvenes que aprenden de experienci­as ajenas y quieren decidir sobre sus vidas. Emociona verlas y renueva las esperanzas a futuro. Ellas pararon el mundo con la intención de mejorarlo. Y muchos hombres se sumaron y entendiero­n el mensaje. Otros, por el contrario, esperan agazapados confiando en que algunas cosas cambien para que nada cambie. Tal vez no entendiero­n que cuando las mujeres levantan la cabeza ese tipo de hombres baja la mirada. *Politóloga. **Sociólogo. */**Expertos en Medios, Contenidos y Comunicaci­ón.

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AFP PARO INTERNACIO­NAL. La protesta mostró seres valientes, pensantes y sin miedo.

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