Perfil (Domingo)

EFICIENCIA

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Debemos analizar cómo funciona la administra­ción pública. El pueblo aporta y/o colabora, con fondos propios, para que la persona elegida haga obras en beneficio de todos los ciudadanos. Luego, el/la más votado/a elige a los ayudantes, y así en una cadena indefinida e infernal. Todos los salarios de esa inmensa masa de empleados son pagados con los dineros que se recaudan de los bolsillos de los trabajador­es… y no. Así es que los cargos públicos se usan como “botín de guerra”. Esas tareas no son desempeñad­as por los más capaces, sino por los que más votos traen. Por lo tanto, tenemos personal no idóneo ni capaz. Pero, como en la milicia, sólo obedecen órdenes de los que están más arriba. No deben ser ni más inteligent­es ni destacarse, ya que eso puede notarse y es perjudicia­l para el escalafón. Pero los sueldos y prebendas, continúan saliendo de nuestros escuálidos bolsillos. Solo saben seguir un libreto y nada más. Cuando alguno comete un yerro se debería ir, pero ¿adónde? Es que nadie los quiere por inservible­s. Solo en la administra­ción pública se los acepta. Por eso, se “atornillan” a sus sillones. Gladys Bernarda Rosales rgladysber­narda @yahoo.com.ar

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