“al principio actuamos con miedo”
“Uno de los casos que asistimos que más me impactó fue el de una mujer de 35 años, que tenía un embarazo avanzado, de 14 semanas, y vino a que la ayudáramos. Abortó sola, mientras trabaja en el cul- tivo de tabaco. Le
recomenda- mos que se quedara en su casa, pero nos dijo que no podía abandonar su trabajo”. Verónica Bisorff tiene 33 años, es psicóloga comunitaria recibida en la Universidad Nacional de Tucumán, y forma parte de la red de socorristas del aborto en Salta. Bisorff cuenta que la tarea en una provincia “tan conservadora y católica como Salta no fue sencilla. Al principio nos escondíamos un montón, sin exponernos, con mucho miedo. Hasta que llegamos a organizar una actividad en la plaza justo frente a la Catedral. Hicimos una intervención artística, con folletos y cartelería. Por suerte no recibimos ningún tipo de agresión, al contrario, mucha gente se acercó interesada a preguntar”, recuerda. Bissorf trabaja en la “Salita 20 de junio”, uno de los centros de salud que las socorristas recomiendan para que las mujeres se realicen los controles médicos después de practicarse el aborto. “El Estado abandona a las mujeres porque Salta tiene uno de los protocoles ILE más restrictivos”, recuerda la especialista, que asistió a 300 abortos en 2016, junto a sus compañeras en su consultorio de la Red de Salud de la Mujer.