Hablar lo clandestino
Viene de pág. 65 despierta no pocas paradojas en el arco opositor).
Quienes están en desacuerdo, lo están de una manera sonora y notable. Los grupos religiosos, especialmente vinculados a las iglesias católicas y evangélicas, han sentado posición y tomaron el tema como una bandera. Seguramente otro reflejo: está en juego su capacidad de incidir en distintas instancias de lo cotidiano.
Aquí, el estudio brinda el mencionado dato de que el 63% de los encuestados consideran que la Iglesia debe abstenerse: hay más personas que piensan que no debe opinar que quienes están de acuerdo con el aborto. Las conclusiones son taxativas: "La sociedad argentina otorga hoy un rol periférico a la Iglesia Católica. Un 63% dice que debería mantenerse al margen, e incluso que lo que los legisladores deberían fundamentalmente considerar para su voto son los derechos de las mujeres (50%) y no sus
El formato clandestino de la práctica del aborto ha conformado con el tiempo una réplica en espejo sobre su tratamiento en la vida pública. A lgunos temas de interés general tienen tratamiento registrado con el paso del tiempo. Conocemos la lista de principales problemas y su orden, preferencias en el tipo de vino, el no consumo de productos con azúcar, el placer por la música electrónica y la baja predisposición a votar nazis, conforman una lista de ejemplos sobre los que adivinaríamos el resultado. Estos temas forman parte del debate público y abierto con el que la sociedad se entretiene reproduciendo diálogos y por eso sugerimos resultados. Sobre el aborto, no sabemos qué decir. Lo que sabemos y lo que no. Esta investigación evidencia que los argentinos no saben lo que piensan los otros argentinos. Mientras un 34% se manifiesta muy de acuerdo con la despenalización del aborto, solo un 14% cree que el resto de la sociedad también lo está. Esta es la distancia que produce un tema clandestino. Lo que genera el permitir su tratamiento abierto es lo que ahora estamos descubriendo.
Prácticamente todos los entrevistados conocen la existencia de un proyecto de ley (98%) y un 70% considera importante que el tema se discuta en el Congreso. Resulta además que cinco de cada diez opina que lo que hay que tener en consideración son los derechos de las mujeres y que las cuestiones personales y religiosas deberían quedar al margen. El tema en el espacio público y descubierto, empuja a la Iglesia hacia la periferia; el 63% considera que la Iglesia Católica debería mantenerse al margen. Al debate público todo; a la religión casi nada.
Aquí no solo ponemos en evidencia opiniones, sino acontecimientos. Casi la mitad conoce a alguien que interrumpió voluntariamente un embarazo. Esos son millones y millones de argentinos ocultos que hoy Macri está dejando aparecer. Dónde termina esto no se puede saber, lo que es seguro es que ya no habrá nunca vuelta atrás. No está en manos de Macri, sino de la sociedad.
"Dónde termina esto no se puede saber, lo que es seguro es que ya no habrá nunca vuelta atrás. No está en manos de Macri sino de la sociedad"
*Sociólogo - Director de Quiddity.