“estamos ante un nuevo encubrimiento” del ataque a la aMia
Tras la medida que permitió que no se alegue contra los ex fiscales Müllen y barbaccia, enrique ventos, desplazado de la Unidad, apuntó contra el ministro.
El juicio por el encubrimiento del atentado a la AMIA se transformó en un escándalo cuyas repercusiones siguen generándose. El puntapié inicial fue cuando se conoció que la querella de la Unidad AMIA, del Ministerio de Justicia nacional, había decidido no alegar contra los ex fiscales Juan José Barbaccia y Eamon Müllen, dos de los 13 imputados en el caso. Para eso, en la víspera del alegato se produjo el apartamiento del abogado y apoderado del ministerio, Enrique Ventos, quien iba a pedir condenas para los 13 acusados.
La querella quedó entonces a cargo de José Console, quien pidió la absolución para los ex fiscales y para el ex po- licía Jorge “el Fino” Palacios. La polémica terminó de completarse con la intervención de Elisa Carrió, quien tenía en el equipo a una abogada de su máxima confianza, y apuntó al ministro Germán Garavano. “No formamos parte ni del amiguismo, ni del nepotismo, ni de encubrimiento judicial alguno”, dijeron desde la Coalición Cívica.
En diálogo con PER FIL , Ventos aseguró que cree que se está ante “un tercer encubrimiento” del mayor atentado de la historia local y que el ministro Garavano debería tener un abogado “que lo asesore bien”.
—¿Qué prueba había contra Müllen y Barbaccia?
—La prueba era contundente para acusar a los 13 impu- tados en la causa –entre los que están Carlos Menem y el ex juez Juan José Galeano, y específicamente respecto de los ex fiscales, era clarísima. Ellos tenían una acusación por privación ilegal de la libertad en concurso real. Además tenían el delito de peculado, más coacción. Estábamos en los 12, 13 años tranquilamente.
—¿Cuándo se produce el cambio?
—Teníamos que empezar a alegar el 1º de febrero a las 10. L e pasé a Mario Cimadevilla (ex titular de la Unidad) los alegatos del tramo, con pedido de pena para todos. Lo aprueba. El 31 de enero, a las 19.30 me manda un mensaje su secretaria diciendo que había llegado una resolución en la que se nos impedía alegar. No lo podía creer. Me notificaron de esa resolución a las 1.40 de la mañana, vía internet. El justificativo era que se había presentado en las oficinas del ministerio uno de los abogados (Console) diciendo que el alegato que él había preparado, era el de la mayoría de los abogados. El ministro acepta esta propuesta, que es por demás inverosímil. El dice que jamás vio a Console, y sin embargo, no consulta con Cimadevilla, ni nada que se le parezca y toma esa determinación.
—¿Por qué cree que pasó lo que pasó?
—Hay varias versiones. No me consta que Müllen y Barbaccia sean amigos de Garavano o hayan trabajado con él. Es una de las cosas que se dicen. Acá hay una cuestión vinculada con el Club Boca, con Angelici, pero también sé positivamente que Garavano no está solo en esto. No termina en él. Tengo entendido que la vicepresidenta (Gabriela Michetti) también se interesó por esta cuestión, pedía que no fueran contra Müllen y Barbaccia. No me consta, pero parecería que es amiga de la mujer de Barbaccia, la señora Rivarola O’ Connor.
“La prueba era contundente para acusar a los trece imputados en la causa”
—¿Cree que a Garavano le corresponde la figura de encubrimiento?
—No soy el encargado de establecerlo, lo tendrá que dilucidar el juez de la causa (al que le cayó la denuncia que hizo Cimadevilla esta semana), pero en principio parecería que sí.