GRANADEROS
que mata y sigue matando. La embriología y la ecografía muestran que los embriones pasan a ser fetos, o sea comienzan a convertirse en seres humanos, en la semana 12, cuando aparece la cabeza y en consecuencia el cerebro. Por ello es que la eminente jueza Carmen Argibay sostenía que la interrupción del embarazo podía realizarse hasta la semana 12 y no después, con excepción de los casos tipificados por nuestro Código y revalidados por nuestra Corte Suprema. Desde ya esta legislación debe acompañarse de una efectiva educación sexual a nivel nacional, provincial y municipal para evitar embarazos indeseados y adolescentes. Creo que este problema debe ser discutido y votado fundamentalmente por las mujeres para poder escapar a las trampas habituales del patriarcado, o sea del gobierno de los hombres que han complicado el problema en lugar de simplificarlo y resolverlo en honor de las víctimas mujeres que fallecen por prácticas clandestinas. Fernando Miranda mirandafernando2 @gmail.com Divididas opiniones, algunas disparatadas y otras apocalípticas, dependiendo del color del cristal con que se mire. Hay muchos puntos de vista sobre cómo, dónde y cuándo el cigoto tiene vida. “¡Si se permite el aborto habrá millones de ellos pues todo terminará con nonatos a degüello!”, presagian los fatalistas mientras los politiqueros de la derecha preavisan que será un logro marxista, pues en el fondo pretenden destruir en la gente su vocación de familia. ¿Será necesaria una ley y el penar o permitir será cuestión de políticas? La práctica clandestina ha llevado muchas veces a que se pierdan ambas vidas A pesar de que ya una ley penaliza el aborto, ¡hay quinientos mil por año! ¿Será cuestión de conciencia mientras discute la ciencia cuándo comienza la vida, o es religiosa creencia de hacerle caso a la Iglesia para no ser homicida? Luis Bardín adanlbardin@gmail.com Nuevamente se hizo viral por las redes sociales un relato de los “siete granaderos que custodiaron los restos del general San Martín” en su repatriación en 1880, potenciada por la masividad que le dieron las palabras