Se instala progresivamente un nuevo modelo de convivencia que exige respeto a la alteridad, en el que no habrán más gobiernos de militares de carrera, ni de pibes disfrazados de militares.
un ajuste asesorado por economistas argentinos preparados, fue víctima de un golpe militar de guerristas que habían perdido su negocio, permanece perseguido desde hace 18 años. En el mediano plazo el ajuste llevó al poder a Rafael Correa, un populista autoritario pintoresco que manejó muy mal la economía, pero fue reelegido dos veces. Dilma Rousseff aplicó su paquete de medidas en cuanto fue reelegida. Esa fue la verdadera causa de su destitución. Le sucedió en la presidencia Temer, que “hizo lo que hay que hacer” de manera ortodoxa, apoyado en un gabinete excluyente de hombres tecnócratas. Logró batir los récords como el mandatario más rechazado de la historia del continente. Si la Justicia no impide la reelección de Lula las reformas pueden desvanecerse. En Perú, la economía creció sensatamente desde hace dos décadas, pero todos los presidentes que pasaron por el Palacio de Miraflores en el período han sido extremadamente impopulares y la mayoría está en prisión. En México Enrique Peña Nieto impulsó cambios que eran indispensables y buenos según los economistas. Termina su período como el presidente peor evaluado de la historia mexicana. Andrés Manuel López Obrador que es el más probable triunfador de las elecciones, tirará por la borda sus refor mas. No hay ningún mandatario que haya aplicado ajustes sin que se desplome su gobierno o sin terminar como un pato rengo que agoniza hasta que termine su período. Mauricio Macri es la excepción, tomó medidas de corrección en forma gradual como es posible en las sociedades democráticas del siglo XXI. Si producía un ajuste radical su gobierno habría colapsado y habrían vuelto los populistas de siempre.
Es bastante real aquello de que Mauricio “no es neoliberal, ni desarrollista, es lo que puede”. Tampoco es carlista, chiita, ni gobierna para ninguna secta. Antiguamente la gente se identificaba con un membrete y después averiguaba las ideas que debía creer. Alguien nacía chiita, y si era virtuoso terminaba reventando a pedradas la cabeza de su madre porque había sonreído a un vecino y los sacerdotes decían que había pecado.
Felizmente las mujeres civilizaron a Occidente y el mundo digital licuó los principios fosilizados. Pasamos de modelos inmóviles a los “modelos beta permanentes” que son efímeros, como todo toque tiene que ver con la sociedad de la internet en la que la crisis de una corporación virtual puede provocar en dos días pérdidas mayores al presupuesto de muchos países reales.
El gradualismo es una visión que se impone en la sociedad del siglo XXI, más horizontal y democrática que la antigua, en la que los ciudadanos están intercomunicados y tienen más información. Las élites pudieron hacer lo que querían cuando la mayoría de la población era muy ignorante y se podía manejar en una sociedad vertical. Se instala progresivamente un nuevo modelo de convivencia que exige respeto a la alteridad, en el que no habrán más gobiernos de militares de carrera, ni de pibes disfrazados de militares. Los gobiernos deben desarrollar nuevas formas de comunicación y dialogar permanentemente con una población que ha descubierto el encanto de vivir disfrutando las diferencias en una sociedad en la que se sabe que todo es efímero.
Es bastante real eso de que Mauricio "no es neoliberal, ni desarrollista; es lo que puede" Antiguamente la gente se identificaba con un membrete y después averiguaba las ideas en las que debía creer
*Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino.