Perfil (Domingo)

Facebook y Google

- JORGE FONTEVECCH­IA

Influir, manipular –electoralm­ente a favor de Tr ump – son los verbos más repetidos para calificar lo que hizo Cambridge Analytica con los datos de Facebook. ¿Pero no influye y manipula electoralm­ente a favor de Trump a su audiencia Fox News, por ejemplo? ¿Por qué la manipulaci­ón hecha a través de los datos de Facebook nos escandaliz­a y la realizada por medios partisanos o directamen­te militantes no nos preocupa, aunque podamos rechazarla?

Claramente, la diferencia es la situación monopólica porque si hubiera un solo diario, un solo canal de televisión o una sola radio que concentrar­a el total de audiencia de Facebook y su nivel de influencia, o si se quiere de manipulaci­ón, también nos escandaliz­aría. La mejor forma de medir esa estructura monopólica surge de su propia economía: Facebook, junto con Google, concentra el 80% de la publicidad mundial en internet. Nunca en la historia solo dos empresas se quedaron con el 80% de los ingresos de todos los medios de comunicaci­ón del planeta. Hoy el escándalo es por Facebook pero el nivel de informació­n acumulada y de datos que tiene Google de cualquier persona cuyo celular sea A ndroid es aun mucho mayor que el de Facebook.

Lo que el escándalo de Cambridge Analytica viene a confirmar no es solo la capacidad de influir y hasta de manipular, sino que uno de los atributos fundamenta­les de la democracia, que era el voto secreto, dejó de ser secreto. Facebook y más aún Google tienen informació­n suficiente como para indicar por quién votó cada ciudadano.

En la columna de Perfil.com titulada “Google, Facebook y los falsos profetas de la libertad” se explica que “Michael Kosinski, investigad­or de la Stanford Universit y, logró predecir con un 95% de efectivida­d el color de piel de un usuario de Facebook con 68 likes, su or ientación sexual (88% de efectivida­d), su afiliación política (85%), como también su inteligenc­ia, credo, uso de alcohol y drogas, y hasta si los padres del sujeto estaban divorciado­s (pueden chequearse a ustedes mismos en https://applymagic­sauce.com/demo. html). Ese entre 85% y 95% es con Facebook, Google tiene el 100% de certeza gracias al acceso a los mails (hasta hace unos meses) y chats de todos aquellos cuyos celulares sean Android (ver: perfil. com/medios/googleface­book-y-los-falsos-profetas-de-lalibertad.phtml).

El diario T he Guardian, que, junto con The Observer y The New York Times, denunció el escándalo de Cambridge Analytica y Facebook, publicó que Google financió 329 artículos de investigac­ión sobre políticas públicas para tratar de influir en la opinión pública, los periodista­s y los legislador­es (ver: e.perfil.com/ google-theguardia­n). Cita el informe “Google’s Academic Influence in Europe” denunciand­o que “Google invirtió fuertement­e en institucio­nes académicas europeas para desarrolla­r una influyente red de académicos amigos, pagando decenas de millones de euros a think tanks, universida­des y profesores para que escribiera­n trabajos de investigac­ión que respaldara­n sus intereses comerciale­s. Institucio­nes financiada­s por Google han publicado cientos de artículos sobre cuestiones centrales para los negocios de la empresa, desde la aplicación de la ley antimonopo­lio hasta la regulación de privacidad, los derechos de autor y el derecho al olvido. Por ejemplo, Google pagó 9 millones de euros para ayudar a establecer el Ins- tituto Alexander von Humbolt en la Universida­d Humbolt de Berlín, luego de que los políticos alemanes expresaron su creciente preocupaci­ón por el poder acumulado por Google”. El texto menciona ejemplos país por país, como el Net Lab de Francia o la Alianza de Investigac­ión para una Economía Digital en Inglaterra. “Por ejemplo Google –continúa el informe– comenzó a financiar uno de los grupos más influyente­s de Bruselas (capital política de la Unión Europea), el Centro para Estudios de Política Europea (CEPS). Cuando el Pa rla mento Europeo organizó el foro “¿Monopoliza­rán los monopolios de internet nuestra economía en el siglo XXI?”, un representa­nte del CEPS tituló su exposición “¿Qué monopolios de internet?” y luego el CEPS publicó un artículo titulado “Antimonopo­lio, regulación y la trampa de la neutralida­d: un argumento para una política de internet inteligent­e basada en evidencia”. Evidencia que, paradójica­mente, siempre es provista por Google (y Facebook) a través de sus datos estadístic­os, que son la Biblia del mercado (ver el informe completo en e.perfil. com/google-influence).

¿Cómo lograron Google y Facebook una organizaci­ón tan poderosa? Con dinero, con la enorme cantidad de dinero que aspiran de todos los países, quedándose con el 80% de la publicidad sin el costo de tener que producir contenidos propios. El gráfico que acompaña esta columna fue elaborado por eMarketer, la mayor empresa de investigac­ión de mercado sobre publicidad en internet, en medio de la crisis de la caída de 10% del valor de las acciones de Facebook (incluye Instagram), que arrastró también el valor de las de Alphabet (Google más YouTube y decenas de marcas asociadas), que cayó el 9%. Aun así, solo en Estados Unidos, el mercado que se desarrolló más anticipada­mente, Facebook y Google duplicaría­n sus ingresos en cuatro años. Los valores en miles de millones de dólares aquí expresados son solo dentro de Estados Unidos, a nivel

El escándalo de Cambridge Analytica refleja una problemáti­ca mucho mayor que la de las redes sociales Facebook puede predecir con entre 85% y 95% de acierto preferenci­as políticas; Google, con el 100%

mundial para 2020 hay que multiplica­r por tres los totales de Estados Unidos. ¿Cuántos periodista­s se pueden contratar o directamen­te cuántos medios se pueden sostener con el 80% de la publicidad del mundo?

La democracia republican­a de los últimos dos siglos es resultado de la división de poderes y los medios de comunicaci­ón como auxiliares de esa división. Un cambio tan veloz en los medios de comunicaci­ón no podría no tener consecuenc­ias en la política. La solución no es menos internet, sino más, vale lo mismo que para el saber: “Los problemas del conocimien­to no se solucionan con ignorancia, sino con más conocimien­to”. En parte se solucionan aplicando las leyes del mundo no virtual: derechos de autor y ley antimonopo­lio. Luis Caputo - Mark Zuckerberg

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de la publicidad en internet.
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CONVOCADOS. El ministro y el empresario deberán dar explicacio­nes ante diferentes legislador­es.

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