Der Spiegel
Sergei Skripal, de 66 años, quien colaboró durante años con los servicios secretos británicos y que tras ser descubierto fue condenado en Rusia en 2006 a 13 años de prisión por alta traición, y su hija Yulia se debaten entre la vida y la muerte después de haber sido envenenados con un agente químico en Salisbury, en el sur de Inglaterra. El caso generó un histórico conflicto internacional, y los británicos culpan a Rusia. Lo cierto es que el asunto agrava cada vez más la crisis entre Oriente y Occidente.
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