Hay una chica en mi cuerpo

Un día, la modelo que iba a posar para que Gerda Wegener terminara su trabajo faltó a la cita. Le restaba copiar las piernas y los pies que salían debajo de una pollera de tules claros. La artista danesa no se preocupó demasiado y le pidió a su marido Einar que posara para ella. Einar Wegener también era pintor pero de paisajes. En su mayoría de su pueblo natal, Vejle, en Dinamarca. Se habían conocido en Copenhague, en la Academia de Artes, y se casaron en 1904. La escena de iniciación para que Einar fuera Lili Elbe y de esa manera ser la primera persona conocida en someterse a una cirugía de reasignación de sexo, puede resultar poco convincente. Sin embargo, en su diario escribió: “Aunque suene extraño, disfruté y me gustó sentir el roce de las ropas de mujer. Me sentí cómodo en ellas desde el primer momento”. Este vínculo amoroso, el de Gerda primero con Einar y después con Lili, también fue artístico. La obra de Gerda fue maravillosa con Lili como modelo. Viajaron juntas durante años y en 1930 se divorciaron pero de un modo amigable. Gerda la amó como Einar y como Lili. En todo caso, es lo más emocionante de esa relación. Lili siguió pintando aunque poco. Se sometió a varias cirugías, alentada por un momento, la década del 10 al 20 del siglo pasado, muy particular de la medicina sobre la experimentación con personas trans. En la convalecencia de la última de ellas, en la que le trasplantaron un útero, murió. “Soy Lili, vital y he probado que he tenido el derecho a vivir durante 14 meses. Puede que 14 meses no sea mucho tiempo, pero a mí me han parecido una vida entera y feliz”, escribió en el diario antes de morir.