SORIANO LLEVO A LAPORTA AL BARCELONA Y LO SACO DE LA CRISIS. AHORA HACE FACTURAR AL CITY.
Cuando de chico pasaba sus días en Berazategui, en la casita a la que sus padres se habían mudado escapando de la miseria en España, víctimas de la Guerra Civil, a Ferran Soriano todo le parecía una fantasía. Un juego. Y era absurdo imaginarlo como el futuro CEO del City Football Group, la multinacional del fútbol que explotó en los últimos años de su mano hasta expandirse por todo el planeta, sumando un equipo de fútbol por continente, pero anclando su poderío en el City del Kun Agüero y compañía.
Ese mismo equipo que dirige Pep Guardiola, que es sensación en Inglaterra, que encabeza las apuestas para quedarse con la Champions y que impulsó el negocio más “atractivo que existe en el mundo, el mejor de todos, el que más renta da. El negocio del fútbol”, según pregona el dirigente que, también, puso de pie al Barcelona de Messi cuando la entidad culé estaba quebrada.
Soriano tuvo una infancia alejada de la buena vida que lleva ahora en Ma nche ster. Y la re - cuerda contando que, desde muy joven, tuvo que trabajar en una fábrica de productos de limpieza en el conurbano bonaerens e . “Ve n d í a m o s suavizantes para la ropa. No era fácil hacerlo. Pensábamos publicidades para que la gente se encariñe con lo que queríamos venderles. Eso era compli- Dice que en Inglaterra el negocio del fútbol crece un 24% anual. cado. Nadie se encariña con un suavizante. Sirven, dejan las prendas más suaves, pero nadie ama ese producto. En cambio, a los equipos, la gente los ama desde los cinco o seis años, cuando se hacen hinchas. Y ese amor es para siempre”, opina. “Porque se puede cambiar de mujer, de casa, pero ¿de equipo?...”, parafrasea al personaje de Guillermo Francella en El secreto de sus ojos.
Y ahí está el quid de la cuestión para este gurú de los negocios en el fútbol, una suerte de alquimista de la pelota. Dirigentes, entrenadores, ex futbolistas, periodistas, empresarios y dueños de compañías que cotizan en Bolsa lo escuchan dar conferencias y toman nota.
Entonces se centra en lo que más le gusta. El fútbol y los negocios. “Cuan- do me preguntan por qué es el mejor, les doy dos razones: por un lado, porque un club tiene, por detrás, amor. El amor de sus hinchas. Y por otro, les recuerdo que Real Madrid, Barcelona, Boca o River, ya existían hace cien años. Y que cuando nosotros no estemos, van a seguir ahí, aunque pasen otros