Creen que en Chile no hubo justicia
Se estrenó por Space Mary and Mike, serie chilena basada en hechos reales sobre un matrimonio de agentes secretos de Pinochet que secuestraba y asesinaba a políticos en su propia casa.
Para la sociedad chilena de los 70, María Eugenia Mardones (escritora) y Michael Lee Olsen (técnico electrónico) era un matrimonio de buen pasar económico y de importancia intelectual dentro de la sociedad. Aparentaban ser una familia tradicional de Santiago. Pero no lo eran. Mientras sus dos hijos correteaban por los sectores de una hermosa casa, o los escritores más reconocidos fumaban puros y tomaban whisky en el living, un piso más abajo, precisamente en el garage, se hallaban políticos secuestrados, torturados, y armas químicas. Los integrantes del matrimonio eran, en realidad, agentes secretos de la dictadura de Augusto Pinochet que decían defender el futuro de la república de Chile. Todos sus actos violentos, incluidos ataques terroristas en el extranjero, se ven en Mary and Mike, la nueva serie de Space (martes a la medianoche y por Space Go) basada en hechos reales protagonizada por Mariana Loyola y Andrés Rillón.
—¿Vieron la película o la serie argentina sobre los Puccio?
LOYOLA:
Vi El clan. Y cuando vi uno de los primeros planos de la serie dije: “Esto es muy parecido a El clan”. Acá pasó un poco lo mismo, y tiene que ver con la igualdad de Latinoamérica, de dictaduras, somos medianamente de la misma sangre. Pero la diferencia es que esta familia era mucho más elitista intelectualmente, que se creía superior, y los Puccio necesitaban el dinero para mantenerse en la clase media alta.
Yo vi El clan y ahora me doy cuenta de que el personaje de Francella y el mío son calladitos, muy gestuales. En Francia, cuando la proyectamos en Biarritz, me mencionaron a The Americans, con la que también hay similitudes.
RILLON:
Del segundo episodio, que ocurre en Buenos Aires, nada fue filmado en Buenos Aires, fue realizado en el barrio Lastarria, en el centro de Santiago. Grabamos la escena dos veces, desde una vereda, y después desde la otra vereda, cambiaron todo digitalmente y crearon una calle que no existe y que tiene un aire a Buenos Aires. Los atentados en Roma y Washington también se hicieron en Chile.
—¿En Chile se sabe la cantidad real de desaparecidos de la dictadura de Pinochet?
L:
Sí, se sabe. Pero la diferencia entre Chile y Argentina es que en Argentina sí se ha hecho más justicia, los genocidas están en cárceles comunes, y aquí están en cárceles que son un hotel. Siento que ustedes se enojan y salen a la calle y dejan la escoba. Acá en Chile seguimos siendo todavía un poquito más reprimidos. Acá hay cosas que son más siniestras que no se saben todavía, y gente que sigue pidiendo libertad para los genocidas. El 15% de los chilenos sigue siendo pinochetista. Es un montón después de todo lo que hemos sabido.
—En Argentina hay una notable caída de audiencia en la televisión, ¿qué pasa en Chile?
R:
La audiencia de televisión abierta ha caído también con la entrada de internet, el streaming y plataformas como Netflix, es algo que sucede a nivel global. Nosotros tenemos superclaro cuál es el tipo de televisión que está consumiendo Chile en este momento, el fast food, la teleserie, el reality, y sabemos que es un público a educar y el público está con su foco afuera, entonces tenemos que sumarnos a lo de afuera. Esta serie está para eso, y es un éxito poder entrar como estamos entrando.
—¿Qué vínculo tienen con Benjamín Vicuña y Gonzalo Valenzuela?
L:
Soy amiga de los dos desde hace veinte años, desde la escuela. Me parece superbien lo que han hecho con el Mori (teatro Centro Cultural Mori), con cuatro salas, los dos son muy trabajadores, y me parece excelente que hayan abierto sus vidas, sus carreras y sus corazones del otro lado de la cordillera. Los quiero mucho a los dos.
—¿Trabajaste con ellos? L:
Sí, con Gonzalo hice la teleserie Machos, muy exitosa, y con Benja hice otra serie. Hice teatro en el Mori, Criminal, de Javier Daulte, y Los Justos. *Viaje invitado por Turner.