Oyarbide, cerca de ser indagado por enriquecimiento
Norberto Oyarbide abandonó en abril de 2016 su despacho de Comodoro Py para alejarse de los problemas que le auguraba seguir en su cargo, pero volvería a tribunales, esta vez como acusado. Fuentes judiciales revelaron a PERFIL que el ex juez está muy cerca de ser llamado a declarar en indagatoria como sospechoso de enriquecimiento ilícito, junto a su pareja, Claudio Blanco, y el empresario Ariel Roperti.
Blanco “desembarcó en el rubro empresarial” cuando conoció a Roperti, un vecino del Country Abril. El fiscal Jorge Di Lello puso en la mira también a tres allegados –Jorge Bladiminsquy, Ariel Feur y Cristian Reinholcz– para analizar “su esquema de ingresos y gastos”. En febrero, la Unidad de Información Financiera confirmó viajes conjuntos entre 2010 y 2011 de Oyarbide, Blanco y Roperti. Además, el novio del ex juez usaba una extensión de la tarjeta de crédito de Roperti.
Esta semana, la investigación se aceleró con una decena de allanamientos en departamentos y empresas. El objetivo era secuestrar documentos contables, inventarios y facturas. Pero se encontraron con propiedades vacías o con solo algunas cajas. Quedó corroborada la hi- pótesis de “un entramado de sociedades para ocultar bienes”, señalaron las fuentes.
Una de las sociedades que se investigan se llama Arbolinos, una SRL a nombre de Lorena Samanta Martínez y María de los Angeles Páez Balmaceda. Las dos cobraban planes socia- les y tenían varias sociedades a su nombre. Páez Balmaceda conoció a Roperti cuando trabajaba “como empleada doméstica” en Mams Consultores. Esa firma aparece como una “usina de facturas apócrifas que entre 2006 y 2008 compró siete autos de alta gama por $ 1.780.000, sin “haber exteriorizado ingresos ni ninguna actividad” en ese período, sostienen los documentos.
Con este panorama, el fiscal Di Lello estableció que “existen sospechas suficientes” para inferir que Roperti “se valió de Páez Balmaceda para formar parte de diferentes sociedades sin que figuraran sus datos y ocultar su patrimonio como el de sus allegados”. También “se reunió prueba que evidenciaría la falta de capacidad económica y patrimonial de Claudio Blanco para adquirir o administrar los bienes registrados bajo su titularidad”. Por ejemplo, los vehículos, valuados en $ 900 mil, se habrían comprado a través de una mutual: Cooperativa de Trabajo Planher Limitada.
“Estos elementos forman la hipótesis directa de que tales bienes fueron obtenidos de fondos que de momento podrían ser atribuibles a Norberto Oyarbide, actuando Blanco y Roperti como prestanombres del ex funcionario”, señaló Di Lello.