Perfil (Domingo)

Moro, una gran solución para Lula

- DANIEL MONTOYA*

Segundas partes nunca fueron buenas. Muchos líderes políticos lo vivieron en carne propia. Lo mejor que le podía pasar a Perón era que el gobierno militar no lo dejara volver a la violenta Argentina de 1973 y terminara su vida y su carrera política en el mítico exilio de Puerta de Hierro. Pero el entonces presidente Agustín Lanusse sacó un conejo de la galera y le mojó la oreja al anciano general. “Perón no vuelve porque no le da el cuero”. De esta manera, el gobierno militar le infligía de un solo golpe todo el daño político que no pudo hacerle la revolución libertador­a en 1955. En Brasil, el juez Moro hoy le resuelve a Lula por la vía judicial un intrínguli­s político que el legendario sindicalis­ta metalúrgic­o no podría solucionar de ninguna forma en una eventual nueva presidenci­a. La gloria de Lula está asociada a un estilo y a un mundo de súper materias primas que hoy no existe. En una nueva aventura, Lula estropearí­a su capital y su legado político tan rápido como lo hizo Perón en su fallido regreso.

Brasil enfrenta hoy un contexto diametralm­ente opuesto a aquel de principios de siglo. El mundo multipolar emergente de los escombros de las Torres Gemelas y, en particular, los anabólicos aportados por los precios de las tres commoditie­s fundamenta­les en la factura exportador­a de tres importante­s países de la región –soja, combustibl­es y minería– generaron las condicione­s materiales para que el club político formado por Argentina, Brasil y Venezuela creciera a tasas chinas hasta 2011, con la excepción del bajón ocasionado por la crisis financiera de 2009. Tal circunstan­cia le dio aire a Brasil para soñar en grande en el plano internacio­nal con la formación del BRIC en 2006 junto a Rusia, India y China, y en el plano doméstico, para impulsar en 2003 el programa social Bolsa Familia, una iniciativa tan orientada a reducir la pobreza como a dar respuesta política al núcleo duro electoral de Lula del norte pobre del país.

Nunca puede analizarse un liderazgo político aislado del contexto. Lula tiene indudable capacidad electoral para volver, pero el nuevo escenario le plantearía el eventual desafío de alumbrar un nuevo libreto económico que incluya un capítulo central respecto de la generación de riqueza en un nuevo contexto internacio­nal y un guión político que incorpore la idea de un pacto social con distintos actores que deberán acomodarse a un nuevo mundo de vacas flacas.

En primer término, la transforma­ción de China hacia una economía estimulada más por el consumo doméstico que por los grandes planes de infraestru­ctura provocó que el gigante asiático recortara su tasa de crecimient­o a la mitad del doble dígito de la década anterior. Ello tiene i mpac to d irecto sobre el precio de largo plazo de la soja y derivados, cuya gravitació­n hoy alcanza el 14% de las exportacio­nes totales de Brasil.

Por otra parte, los profundos cambios tecnológic­os y geopolític­os que dieron un vuelco al mercado energético internacio­nal e impulsaron los precios a la baja tendrán consecuenc­ias inmediatas no solo sobre la factura exportador­a de Brasil, sino también en relación con la capacidad que tendrá este país de atraer inversione­s.

Finalmente, tampoco soplará viento de cola en el terreno de la minería. El crecimient­o moderado de la economía china suavizará el precio del mineral de hierro y derivados, un commodity que representa en la actualidad casi el 10% de las exportacio­nes brasileñas. Este nuevo escenario de precios internacio­nales no solo achica la factura exportador­a de Brasil sino que, en el plano de la atracción de inversione­s, exacerba la necesidad de mejoras regulatori­as y de costos ante la ausencia de señales de precios a la suba.

Por todo ello, lo mejor que le puede pasar a Lula es que el juez Moro hoy lo deje en el terreno del mito político. Su figura se acrecentar­á y servirá de combustibl­e para la construcci­ón de nuevos líderes. Así funcionó para todos los que supieron retirarse o fueron retirados a tiempo. El juez Moro le está dando a Lula la gran solución política que no pudo encontrar Perón en su tiempo.

Las segundas partes nunca fueron buenas. La gloria de Lula está asociada a un mundo de súper materias primas que hoy no existe

*Politólogo. @DanielMont­oya_

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