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Jeff Sessions, el ministro de Justicia de Donald Trump, ha aceptado hacer algunas “tareas sucias” en nombre del presidente, como despedir al jefe del FBI, pero en su momento se negó a entorpecer la investigación por la “trama rusa” detrás de la campaña electoral del magnate y permitió así el nombramiento del fiscal especial Robert Mueller. Trump no se lo ha perdonado nunca, y en privado lo suele tratar de “idiota”. Su permanencia es un ejercicio de resistencia a un intento permanente de humillarlo.
Lealtad muy particular