Lanzan una misión dedicada a buscar nuevos exoplanetas
CRECIMIENTO. Cada vez más personas buscan tratamientos de fertilización y éstos implican, a veces, criopreservar embriones. Si las condiciones meteorológicas lo permiten, mañana la NASA lanzará una misión espacial muy particular: se trata de un satélite que orbitará la Tierra para estudiar el espacio con la exclusiva misión de buscar exoplanetas que orbiten estrellas de la galaxia que puedan albergar vida extraterrestre.
Cobijado en la nariz de carga de un cohete Space Falcon 9, el TESS –un acrón imo que en inglés significa Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito– tiene el tamaño de una heladera grande y pesa casi 320 kilos. Y su “visión” está compuesta por cuatro cámaras de campo amplio que se encargarán de hacer un detallado mapeo espacial con un objetivo particular: descubrir otros planetas que conforman sistemas solares, alrededor de más de 200 mil estrellas “candidatas”, brillantes y relativamente cercanas, en un radio de 300 años-luz, del Sistema Solar.
Y, si los científicos que tienen suerte, sus hallazgos podrán ayudar –en los próximos años– a develar la pregunta del millón: ¿hay vida en otra parte de la galaxia?
La misión TESS, que tiene asignado un presupuesto de US$ 200 millones, tendrá como primer objetivo estudiar el espacio durante 24 meses. En ese tiempo, con los datos que recopile, se establecerán mapas detallados del 85% del cielo nocturno visible desde la Tierra.
Con esos resultados de TESS se multiplicarán los hallazgos que regularmente llegaban a la tapa de los medios, gracias a las imágenes del telescopio espacial Kepler, que ya está quedándose sin combustible. Kepler, en sus nueve años de misión, identificó más de dos tercios de los 3.700 exoplanetas hasta ahora catalogados.
El objetivo de este satélite de la NASA no es encontrar vida en forma directa, sino ayudar a los astrónomos a elaborar un amplio listado de exo-planetas donde, luego, sea útil apuntar otros telescopios e instrumentos de detección sofisticados, ahora sí intentando descubrir posibles rastros o señales de vida.
Una característica única de esta misión es que capturará datos desde una órbita elíptica muy alargada –en su punto más alejado de la Tierra se situará a 373 mil km de distancia de nuestro planeta y en el más cercano a 108 mil km–. Esta hasta ahora nunca se utilizó en estos “circuitos” espaciales. Sin embargo, se la calculó para facilitarle a sus sensores el hacer seguimientos de hasta 13 días seguidos de un mismo sector del cielo nocturno, algo que simplificará su tarea de identificación de candidatos. La mayor parte de los satélites de observación orbitan a 350 km de altura, y completan su órbita cada 90 minutos, pero buena parte de este tiempo están situados por “detrás” de la Tierra, que oculta sus objetivos durante demasiado tiempo. Por eso los diseñadores de TESS eligieron colocarlo en esta órbita tan particular.