Ecuador rastrea los cuerpos del equipo periodístico asesinado
Aún sumido en el duelo, Ecuador busca recuperar cuanto antes los cuerpos de los tres miembros del equipo de prensa del diario El Comercio ejecutados en cautiverio, mientras el gobierno de Lenín Moreno va tras los asesinos en una cacería que lanzó junto a Colombia en la frontera.
Ayer la atención se centraba, por un lado, en el discreto trabajo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para conseguir los restos del periodista, el fotógrafo y el chofer asesinados cuando estaban en poder de guerrilleros disidentes de las ex FARC. Y, por el otro, en el poderío militar de los dos gobiernos para llegar hasta los culpables del asesinato, que sería obra de un grupo armado no muy numeroso que se financia del narcotráfico y que se apartó del proceso de paz entre las FARC y el gobierno colombiano.
Todavía es incierto el lugar donde están los cadáveres y si aún están en manos de los captores, dirigidos por Walter A rizala Vernaza, alias “Guacho”. Sin embargo, existen presunciones gubernamentales acerca de que los cuerpos habrían sido trasladados a territorio colombiano.
El jefe del CICR en Colombia, Chr istoph Harnisch, se anticipó a pedir comprensión ante la “naturaleza confidencial de gran parte de la información”.
Sin embargo, tras veinte días de sufrimiento, los dos países confían en llevar cuanto antes un poco de alivio a los familiares, que aún no hicieron público ningún pronunciamiento, tampoco luego de que el presidente Moreno confirmara el viernes el asesinato de los tres secuestrados.
Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra al parecer fueron ejecutados a balazos mientras estaban encadenados, según unas fotografías que hicieron llegar los captores a un medio de prensa colombiano.
Nunca antes Ecuador había enfrentado un crimen de estas características, lo que prácticamente rompió en pe - dazos su idea de ser una nación en paz en medio de la violencia y el narcotráfico que han golpeado por décadas a Colombia.
el caso quebró la imagen de ecuador como un país de paz en medio de la violencia
Justicia. El caso ha desatado una condena internacional y cuestionamientos a los dos gobiernos, que durante tres semanas ofrecieron información a cuentagotas o contradictoria, por ejemplo, sobre el paradero de los rehenes.
En su editorial de ayer, El Comercio pidió a los gobiernos de Ecuador y Colombia “todas las explicaciones” de lo ocurrido desde que los tres ecuatorianos fueron secuestrados cuando realizaban un reportaje sobre una ola de violencia en la frontera.
Apenas confirmó la muerte de los rehenes, Moreno lanzó una ofensiva para detener a los responsables en un esfuerzo común con Colombia. Ayer, varias personas fueron arrestadas por el caso.