La hija del Presidente, de película en Europa
La hija mayor de macri trabaja en europa en la posproducción del filme que narra la historia verídica de una joven argentina, cuyo suicidio la convirtió en un ícono anarquista en Italia.
Estar detrás de una lente, de un proyecto, de una historia. O varias. Allí es donde Agustina Macri eligió ubicarse para desarrollarse profesionalmente. Mucho se repite acerca de lo que su padre y varios integrantes del clan que formó el patriarca Franco Macri padecieron la alta exposición pública cuando ya dejaron de poder manejarla a conveniencia. Es decir, lo que un principio fue una estrategia de Franco para desplegar en los medios su ascenso económico, social y sobre todo, sus relaciones con algunos poderes de turno para potenciar sus negocios y fortuna. Eran tiempos donde la cantidad de medios era otra, pero sí tenían un peso e importancia mayor al no tener que rivalizar ni parecer fagocitados por redes sociales como hoy en día. Para no padecer lo que Mauricio y sus hermanos consideraban acoso mediático, tanto a Agustina como a sus otros dos hermanos, el ahora presidente y su ex mujer los mantuvieron al margen y ellos, los tres aún hoy prefieren ese espacio. Preparativos. Pero en septiembre próximo o aún una semanas antes, Agustina pasará a estar delante de una o más cámaras para salir a “vender” su ópera prima que finalmente se llamará Soledad y no Amor y anarquía como en 2016 se presentaba en la página de la productora del filme.
PERFIL intentó anticipar de boca de la propia Agustina algo de Soledad como cuando se dio la primicia de este por entonces proyecto cinematográfico. Pero la agenda que esta vez coordinan tres equipos de prensa –así explicaron– tienen en principio, pautado todo lo relacionado al filme y a su directora para después de junio, mes en que se cumplen 20 años del suicidio de María Soledad Rosas, historia que decidió contar para su debut como directora Agustina Macri. Argentina en Italia. A los 23 años, esta chica palermitana de clase media alta, se fue de viaje a Europa como regalo de sus padres luego de haber terminado sus estudios de Hotelería. Y es en Italia donde se suma a lo que en 1998 se conocía como okupas o squatters, un movimiento de jóvenes que en varias ciudades tomaban espacios abandonados o casas desocupadas como modo de protesta al sistema. Como Soledad, muchos de ellos también era integrantes de familias con un estatus social óptimo, pero desencantados con el escenario político y económico de entonces y el supuesto futuro. Los hubo más reaccionarios y en algunas ciudades terminaban finalmente acordando con las autoridades locales y hasta en algunos casos esas ocupaciones de entonces hoy son hasta centros culturales.
Pero en países como Italia, Alemania, algunos de estos grupos tenían un sesgo algo más “violento”. Y es en el marco
de una acción de este tipo que Soledad, su novio y un tercer integrante caen presos. El caso se mediatiza porque según reseñas de esa época dan cuenta que el accionar policial se quiere presentar a los italianos como la “respuesta correcta” del Estado a las ocupaciones.
Así, mientras Soledad cumple arresto domiciliario, su novio italiano se suicida en la cárcel. Al poco tiempo, ella también. Esta sucesión de muertes trágicas fue un hecho noticioso no solo en Italia, sino que en Turín, generó marchas multitudinarias. Además, la imagen de Soledad con ambas manos esposadas, haciendo el gesto de Fuck You y custodiada por policías es aún hoy un símbolo.
En Argentina, Martín Caparrós hizo un libro que sirvió de base para la película, y los grupos She-Devils, Jauría y los Redondos, canciones. Y ahora a 20 años del suicidio de Soledad Rosas, Agustina Macri la retrata en Soledad, su ópera prima.