Perdió a su hija y lucha para crear un escuadrón de perros buscadores
Anahí Benítez tenía 16 años cuando fue secuestrada y asesinada en lomas de Zamora. Su madre presentó un proyecto para que haya dos canes de rastro por fiscalía o municipio.
“Si Bruno hubiese actuado desde el comienzo, seguramente hoy Anahí estaría acá conmigo. Con lo que me pasó aprendí y ahora tengo la voluntad para hacer algo para que otra persona no pase por lo mismo que yo”. Silvia Pérez Vilor, mamá de Anahí Benítez (16), habla desde el dolor más profundo, pero con la convicción de que puede generar un cambio en el protocolo de búsqueda de personas. Por eso propone la creación de un escuadrón de perros que actúe desde el inicio de una investigación. En esta movida no está sola: el entrenador de Bruno acompaña la propuesta.
Anahí desapareció el 29 de julio de 2017. Seis días después su cuerpo fue encontrado en la reserva ecológica de Santa Catalina, en Lomas de Zamora. Según la autopsia fue violada y asesinada entre 24 y 36 horas antes del hallazgo. En ese momento empezó a actuar el perro y su olfato fue determinante.
Bruno es de raza Weimaraner y el único en la provincia de Buenos Aires entrenado para realizar este tipo de búsquedas. “Es especialista en buscar el olor de una persona. Todos tenemos un olor particular, es como una huella digital”, grafica a PERFIL Diego Tula, entrenador del can.
El perro condujo a los inves-
Bruno es un perro de raza Weimaraner y el único en Buenos Aires especializado en “rastro específico”, es decir que busca a una persona por el olor. Desde 2015 participó en 185 casos.
En 2015, condujo a los investigadores hasta el carnicero Enrique Alcaraz, que había asesinado a su novia e hijo y había secuestrado a la pequeña Mía. La nena fue rescatada.
También Bruno integró, junto con perros de los Bomberos de Punta Alta, la búsqueda de Araceli Fulles, una joven asesinada el año pasado.
Por su parte, el entrenador explica que “desde que desaparece una persona tenemos 36 horas de efectividad para seguir su rastro, ese tiempo varía si llueve o hace mucho calor. Con Bruno vamos a la casa de la persona perdida, levanto el rastro de olor y se lo transfiero al perro y empieza la búsqueda”.
Los perros deben tener como mínimo una semana de descanso entre búsqueda y búsqueda porque terminan muy cansados, ya que pueden seguir un rastro de más de 30 kilómetros. El entrenamiento de un animal para esta actividad específica lleva unos ocho meses. El instructor Tula calcula que el mantenimiento del animal saldría unos 3 mil pesos mensuales.
Hoy Bruno está operativo en la Secretaría de Seguridad de la municipalidad de Escobar y presta colaboración en otros sitios cuando la Justicia lo solicita. En cuatro años intervino en 185 casos en toda la provincia. “En el 95% de los operativos siempre llegó, no hubo errores y dio indicios correctos. Es un recurso eficaz y que salva vidas”, sentenció Tula.