“Caída de casi un 30% en los últimos dos años”
El año pasado, el presidente de la Fundación El Libro protagonizó un duro cruce con el ministro de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, en medio de la ceremonia de inauguración de la FIL, cuando señaló que el sector editorial estaba viviendo momentos muy delicados y que de concretarse el gravamen del IVA al libro, que planeaba el Gobierno, sería un “tiro de gracia”. La respuesta del ministro fue un seco “Conmigo no, Martín”, y agregó que no era el peor momento de la industria, que la industria había vivido momentos peores, como las dictaduras y las hiperinflaciones. Después de un año de ese cruce, Gremmelspacher no se arrepiente de nada: —Mi descripción fue hecha con datos duros de la realidad, por tal motivo no me arre- piento. Independientemente de esto nuestras relaciones personales e institucionales son buenas y van más allá de los días de la Feria. En el año no es poco lo que logramos acordar, como el apoyo a los libreros que vienen a las Jornadas Profesionales y el Programa Libro% de Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip). Pero, justamente, la Fundación organiza el mayor encuentro anual de negocios, que son las Jornadas Profesionales, y eso solo indica que nos importa la situación. Además, todas las cámaras y federaciones del libro que nos conforman nos llegan con la preocupación de la caída en la producción y las ventas.
—Según los datos preliminares de Promage, la caída del sector será de un 5% en las ventas. ¿Cree que la industria editorial tocó fondo y que de aquí en adelante volverá a crecer?
—La caída respecto de 2016 está entre un 5 y un 10%, lo que da en los dos últimos años una caída aproximada de 30%.
—¿Cuáles son las estrategias comerciales que ha implementado la Fundación para promover el consumo de libros durante los días de la Feria? ¿Se puede promover la compra en una economía afectada por el consumo transversalmente?
—Respondiendo primero la segunda inquietud, nosotros trabajamos contra viento y marea, no bajamos los brazos, ni nos ponemos a pensar en un “para qué”, porque es peor. Salimos hacia adelante siempre. Luego, en la Feria hacemos varias acciones. Para los profesionales (libreros y bibliotecarios, sobre todo) tenemos los programas Librero/Bibliotecario Amigo, por el que pueden comprar al 50% (el margen habitual es un 10%, o más, menor para ellos); el envío gratuito para compras a interior o exterior; damos ayudas para viajar a los que vienen a hacer negocios, entre otras iniciativas. En los días de público, tenemos los chequelibros que damos a los visitantes, y que se pueden utilizar en librerías una vez terminada la Feria, y también hacemos acuerdos de promoción para descuentos con bancos y tarjetas (Ciudad, Provincia, tarjeta Naranja). Luego están las compras de Conabip, que por suerte se sostienen.
—¿Entre el año pasado y este ha ocurrido algo para que el desgravamen del IVA a los libros se vea afectado o el Gobierno desistió de esa iniciativa?
—Lo que sabemos hasta ahora es que el Gobierno desistió de gravar al libro con el IVA. libro local aún no encuentra el modo de salir al mundo y ser competitivo.
Para Rodolfo Reyna, tanto las políticas de intercambio internacional como el valor de nuestra moneda impidieron la participación en los mercados internacionales: “Y en el caso del libro, si por varios años pierdes el cliente, el desafío luego es recuperar a ese cliente. Con el dólar a $ 20 recién estamos entrando a hablar, por eso creemos que el precio interno del dólar tiene que acompañar a la inflación, y eso por meses no sucedió, recién ahora hay una relación peso/dólar que nos hace más competitivos. Pero hoy, prácticamente, Argentina no exporta libros”.
El panorama del sector no es ni sencillo ni alentador, pero podría ser peor. La creencia de que se ha tocado fondo opera en dos frentes: por un lado como una declaración de optimismo y por otro como un modo de detener las estrategias para navegar en estas tormentosas aguas. Mientras no se toque fondo objetivamente, lo mejor será pensar como si la tormenta continuara. Mientras tanto, mañana lunes se conmemora el Día Internacional del Libro y arrancan las Jornadas Profesionales de la FIL, que inaugura al público este jueves. Tal vez esta feria pueda dar una muy buena noticia para la industria editorial.