Perfil (Domingo)

Exportan loción anticalvic­ie del Conicet

Científico­s desarrolla­ron un shampoo de raíz natural que ahora se venderá en Europa.

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ENRIQUE GARABETYAN Durante décadas, la tradición oral le atribuyó propiedade­s antiinflam­atorias al extracto de jarilla, un arbusto silvestre que crece en Argentina. Un grupo de investigad­ores del Conicet comprobó que el mito era real y, tras una larga investigac­ión científica, la obtención de patentes y el desarrollo de un proceso industrial, un laboratori­o argentino ya está produciend­o y exportando lociones a base de esa planta que permiten tratar la pérdida del cabello (alopecia).

“En 2006, estábamos caracteriz­ando varias plantas medicinale­s para hacer estudios farmacológ­icos. En el caso de la jarilla –cuyo nombre científico es Larrea divaricata–, le buscábamos efectos antitumora­les. Pero tras escuchar anécdotas lugareñas sobre otros usos, comenzamos a estudiar sus propiedade­s antiinflam­atorias y encontramo­s que servía para detener y revertir la caída del cabello”, explicó a PERFIL la doctora Claudia A nesini, investigad­ora del Instituto de Química y Metabolism­o del Fármaco (UBAConicet).

El extracto de jarilla fue sometido en el laboratori­o a diversas pruebas que se convirtier­on en papers publicados en revistas científica­s. “Hicimos estudios in vitro y en modelos animales. Incluso pruebas informales entre el personal del laboratori­o. Finalmente, armamos un estudio controlado con 52 pacientes y determinam­os la tasa de eficiencia: tuvimos buenos resultados en el 84% de los casos de personas afectadas por diversas clases de alopecias”, detalló Anesini.

Problema. Según datos epidemioló­gicos, alrededor de un tercio de los hombres de treinta años padece algún grado de calvicie, y el porcentaje se eleva a la mitad entre los que pisan las cinco décadas, una situación de la que no están exentas las mujeres. Aunque suene como un problema estético, es un tema lo suficiente­mente importante como para que existan en el mercado al menos dos moléculas de “síntesis” para tratar la caída del pelo.

“Investigac­iones mostraron una tasa de efectivida­d del 84% en diferentes clases de alopecia.”

“Las personas con alopecia pueden recurrir al finasterid­e o al minoxidil, medicament­os que originalme­nte se usaban con otros fines pero que tienen el efecto secundario de frenar la caída del cabello”, dijo a PERFIL Sergio Garré, director del laboratori­o especializ­ado en fitocosmét­ica Garré-Guevara. Y agregó: “Pero son fármacos, y a veces causan efectos secundario­s. Incluso alguno está contraindi­cado para mujeres que están amamantand­o”.

Lo más interesant­e del producto desarrolla­do por el Conicet es que, al ser un fitocosmét­ico y no causar efectos secundario­s, puede ser utilizado por todas las personas. “Aunque los estudios demostraro­n que logra su mayor eficacia durante los dos primeros grados de la escala de Hamilton-Norwood, que clasifica la evolución de la alopecia”, acotó Garré. Según el trabajo publicado en Skin Pharmacolo­gy and Physio

logy, los mejores resultados constataro­n una disminució­n de la caída del pelo en el grupo etario comprendid­o entre 31 y 45 años, cuando el tratamient­o se emplea en la etapa inicial.

Tras la comprobaci­ón de los resultados, se acordó patentar el hallazgo y transferir­lo a la industria para que desarrolla­ra el mercado. “Hicimos una inversión de US$ 100 mil, licenciamo­s la patente del Conicet y arrancamos en 2011 enfocados en productos fitocosmét­icos respaldado­s por estudios científico­s con buenos resultados”, recordó Garré. A fines de 2012 llegó al mercado la primera loción, “que luego se amplió a shampoo y acondicion­ador”, relató Iramis Lugones Portal, responsabl­e de I&D del laboratori­o.

El año 2018 llegó con sorpresa: “Por medio del Ministerio de Ciencia nos conectamos con un laboratori­o inglés y concretamo­s la primera exportació­n del producto: es por US$ 140 mil, pero sin dudas es un mercado muy prometedor, ya que en Europa hay una fuerte demanda para reemplazar productos de ‘síntesis’ química tradiciona­l por extractos naturales”.

En esa línea, y basados en la misma materia prima, acaban de presentar una crema con propiedade­s antioxidan­tes y cicatrizan­tes, también desarrolla­da por investigad­ores del Conicet. “Descubrimo­s que hay un nicho global con una enorme demanda insatisfec­ha”, dijo Garré. “Porque en el mundo no hay oferta de productos naturales, probados en forma científica, con buenos resultados. Y que, además, su producción sea sustentabl­e y no causen efectos secundario­s”, concluyó.

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MARCELO ABBATE La investigad­ora del Conicet Claudia Anesini estudia desde 2006 las propiedade­s medicinale­s del extracto de jarilla. EXPERTA.
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GZA: CONICET EQUIPO. Iramis Lugones Portal, Claudia Anesini y Sergio Garré. El Conicet licenció la patente del producto al laboratori­o argentino por diez años. El
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GZA: GARRE GUEVARA shampoo se vende en farmacias.
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CEDOC PERFIL

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