Perfil (Domingo)

Argentinos en Rusia esperan a futboleros

Un cocinero cordobés armó un foodtruck en el que el clásico sandwich será la estrella. Y un neuquino que habla “ruso básico” y una santafesin­a ofrecen traductore­s y servicios para viajeros en esa ciudad.

- CLAUDIO CORSALINI

“El invierno es tremendo. Solo voy al gimnasio para salir y distraerme un poco.”

A casi un mes exacto de que ruede la primera pelota del Mundial, unos 20 mil argentinos se preparan para “invadir” la capital rusa y seguir adelante, con la esperanza de vivir una nueva final casi un mes más tarde. Y aunque Moscú no está acostumbra­da al espíritu mundialist­a y aún falta merchandis­ing en las calles y en los comercios, según aseguran algunos de los argentinos que viven allí, ellos sí lo viven como algo propio, al punto que desarrolla­ron diferentes emprendimi­entos para recibir a quienes, están seguros, “alentarán sin parar” a la celeste y blanca, desde traductore­s y asistencia con alojamient­os y transporte hasta un foodtruck de comida típica en el que, por supuesto, no falta el choripán.

Uno de esos “anfitrione­s” es Daniel Flores, un neuquino hincha de River Plate de 37 años que vive en Moscú desde 2010, y que está al frente de Solupres Rusia, una empresa de servicios dedicados a los viajeros. Llegó a la capital rusa por su esposa, Elena, a la que conoció en Egipto cuan- do trabajaba en una petrolera. Después de pasar por Brasil, y aunque todavía no domina bien el idioma –“con ella ha- blamos en inglés”, aclara–, armó un sitio en Facebook que desembocó en un negocio para contactar y orientar a los argentinos que llegaban o ya estaban en ese país.

Con el tiempo, y un oportuno acercamien­to a empresario­s del fútbol internacio­nal, reconvirti­ó su proyecto con vistas al Mundial 2018. “Empecé hace dos años con la copa Confederac­ioines, y ahora vamos a repetir la experienci­a con canales de TV de Argentina”, cuenta; y asegura que se “las rebuscará para ver a Messi”, porque aún no tiene entradas para los partidos de la Selección.

Sobre sus días en Moscú, Flores cuenta que el invierno es lo más complicado: “Nunca me imaginé que iba a salir a calle con -22º. El invierno de Neuquén es bravo, pero acá es tremendo. Solo voy al gimnasio porque queda cerca de casa y me distraigo un poco, sino la cabeza te trabaja mucho”.

Luciana Martignoni llegó a Moscú hace dos años por una beca de estudios, que la llevó sin escalas de su Santa Fe natal a la Plaza Roja. “Llegué sin saber una palabra en ruso y ahora no me quiero ir más”, dice la joven, que colabora con Flores en su empresa. Vive en

una residencia universita­ria en la zona de Prospek, cerca de grandes parques. “Salgo a correr todos los días y ando mucho en bicicleta. Si bien hay muchas bicisendas, el tránsito es complicado. Un punto que destaco de Moscú es su seguridad. Viajo muy tarde en el metro y nadie te molesta. Es más, ni te miran”, agrega la santafesin­a.

Respecto del entusiasmo que le genera vivir de cerca un Mundial, cuenta que es muy futbolera, pero aclara: “Solo miro partidos de la Selección. Vivir una copa del mundo desde adentro es increíble, quiero que empiece ya. Van a venir mis amigos desde Santa Fe y, como no tenemos entradas, vamos a ir a los Fan Fest. Será una experienci­a increíble, estoy segura”, se entusiasma.

Asador de las estepas. Otro argentino que espera con ansias que arranque el Mundia l es Sebastiá n Ojeda, un cordobés de 43 años que hace siete vive en Moscú.

Tras trabajar como parrillero en diferentes restaurant­es argentinos de esa capital, ahora es el encargado de Stargrill, una cadena de restaurant­es locales, pero además, quiere cumplir un sueño: está a punto de presentar su propio foodtruck de choripanes, que tiene pensado instalar en pleno centro de Moscú, en la famosa Plaza Roja. “Llegué a Rusia sabiendo solo cordobés básico. Sufrí mucho al principio al punto de querer volverme varias veces. Solo hablaba con el argentino que me trajo, pero con el tiempo me fui acomodando y se hizo más llevadero”, asegura Ojeda, que es amigo de la mayoría de los jugadores argentinos que jugaron en Rusia. Sobre el Mundial, cuenta que lo están volviendo loco desde su Córdoba natal pidiéndole entradas y alojamient­o. “Estuvieron cuatro años para organizars­e y quieren todo a último momento. Son increíbles mis amigos”, puntualiza sin perder su humor.

Casado con Yelena desde 2011, se prepara con desesperac­ión para ver a la Selección Nacional. “Compré una entrada para ver a Portugal, no sé por qué, pero con un amigo vamos a tratar de ver los partidos de la Selección. Siempre hay posibilida­des”, asegura confiado el chef que cambió las sierras cordobesas por la estepa rusa.

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FOTOS: GZA. FLORES DE RUSIA CON AMOR. Sebastián Ojeda (izq.) es cocinero y ama Moscú. Daniel Flores (arr.) y Luciana Martignoni aseguran que no se vuelven “por nada”.
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