Recortes y crisis en Comodoro Py
Quejas por falta de mantenimiento, insumos básicos y reducciones en los fondos judiciales.
“Muchachos, se tienen que dar cuenta: esto no es Beverly Hills.” La frase la soltó ante PERFIL uno de los funcionarios que más conoce los secretos de cómo se maneja Comodoro Py –más allá de las causas penales– y los recursos con los que cuenta el edificio que más preocupa a la clase política. Hacinamiento, empleados que hacen colectas para comprar desde papel higiénico hasta yerba, café y azúcar, son la contracara del poderoso edificio de Retiro. Allí, en breve, se sumarán nuevos jueces, cuyos despachos se estuvieron usando como depósitos de causas. “No sabemos dónde vamos a poner estos expedientes”, explican. La crisis es de plata y también de espacio. Ninguno de los dos alcanza.
Por eso ya se elevaron varias notas a la dirección de Finanzas del Consejo de la Magistratura, de quien depende la administración del Poder Judicial. El reclamo no es nuevo: ya en 2016, a la hora de presentar los informes para la auditoría en causas de corrupción, varios magistrados adjuntaron misivas sobre la condiciones en que trabajan: con computadoras y sistemas lentos, sin conexión a internet y líneas telefónicas que no siempre funcionan. Tampoco hay Wifi. Ni antes ni ahora llegaron las soluciones. El contexto general se agrava con las obras que se están haciendo en los alrededores del edificio, lo que genera que aparezcan ratas y murciélagos. Hasta el fiscal Germán Moldes llamó a una desratización, pero con una interpretación más política que literal. “Luis Cabral, integrante del Consejo, lo sabe. Cuando ocupaba un lugar en Casación sacó un alacrán de su despacho”, recordaron las fuentes. “Los empleados de limpieza dan vueltas permanentemente por tribunales, pero nadie pareciera notarlo”, explican.