Vidal, entre los tips de Carrió, el furcio educativo y su reelección
Pensó que 2018 sería un año tranquilo y dedicado a la gestión. Tras haber padecido la herencia sciolista en 2016 y haberse puesto al hombro la campaña en 2017, la realidad la golpeó y María Eugenia Vidal se transformó en una pieza clave del rearmado político.
La economía la preocupa: no pudo desentrañar aún quiénes fueron los empresarios que aumentaron sus precios más de lo que debían. El informe que le acercó el ministro de Producción, Francisco Cabrera, señalaba que todos habían remarcado de forma correcta. No se convenció e intentó pedir otro informe a su ministro de Economía, Hernán Lacunza, pero la Provincia no tiene la estructura de costos de las empresas. Por lo pronto, se puso feliz de que la baja de impuestos provinciales a los servicios públicos produjo una baja de 0,5% en la inflación de abril.
Paralelamente, Emilio Monzó no oculta que volvió a la mesa política por el lobby interno de Vidal. El diputado fue quien convenció a Macri de la necesidad de llevarla a la Provincia pero mantuvo un vínculo tirante porque quiso un acuerdo con Massa. Pero un encuentro a solas los volvió a unir. La charla, por más de una hora, los reconcilió. Y fue ella quien convenció a Macri para que se sume a la La mandataria descarta ser candidata a presidenta en 2019. “Es una locura”, sostiene. mesa. En esa reunión, sin hacer nombres, sobrevolaron críticas a la falta de un engranaje político que incluya todo Cambiemos. Los dardos no alcanzaron a Marcos Peña, el jefe de Gabinete. “Sintió el impacto de la crisis. Fue injusto. Muchos no quieren pelearse con Mauricio por eso le pegan a él”, admite en privado. Y defiende a ultranza a Macri, su segundo complejo de Edipo detrás de su padre, José Luis. “Es el que más escucha. Y el más preocupado también”, sintetiza. Y tira por la borda la posibilidad de ser candidata a presidenta. “No quiero serlo. Es una locura. Vamos a trabajar para que Mauricio sea reelecto”, afirma. Hay un dato que corrobora sus palabras: nunca en su historia política fue candidata o tuvo un cargo sin el aval explícito de su jefe político. ¿Y su futuro? “Me aburriría mucho siendo vicepresidenta. Si me toca ser gobernadora cuatro años más volveré a remarla”, le confió a su mesa chica.
No duda y afirma que fue un “error” haber expresado que “nadie que nació en la pobreza accede a la universidad” en el Rotary Club, aunque exhibe un estudio que le acercó el senador Esteban Bullrich que indica que solo uno de cada cien chicos pobres llega a la universidad. Se ofusca: cree que lo utilizarán, malversado, en la campaña. “Lo que quise decir es que Lilita. Su vínculo con Elisa Carrió pasa su mejor momento. “Cada vez la quiero más”, son- ríe. En los últimos días, coincidieron en una cumbre en Pizza Cero, una charla en el Hannah Arendt y un asado que armó Federico Salvai en Pilar para los tres. “Está más macrista que Macri, y Mauricio la escucha mucho”, bromea.
La vida privada atañe a Lilita: “Nena, estás muy cansada”, le espeta. Y suma: “Tenés que conseguirte un amante”. Vidal sigue sola, a pesar de algunas salidas esporádicas. Una sesión maratónica de Netflix, teatro, y karaoke con sus amigas siguen siendo sus opciones. Hoy está aprendiendo a vivir en soledad.
“Nena estás muy cansada. Tenés que conseguirte un amante”, le aconsejó Lilita