Alternativa revolucionaria
En 1932 en el viejo Hospital de Clínicas, el doctor Pedro Cossio junto a Isaac Berconsky y Tiburcio Padilla, primero en perros y luego en pacientes, realizaron el primer cateterismo cardiaco de América y tercero en el mundo. En una época en que se auscultaba el tórax con la oreja y se esperaba al médico con una pañoleta, las alternativas terapéuticas para las enfermedades coronarias eran muy escasas.
El cateterismo cardíaco, que hoy los cardiólogos pedimos a diario, consiste en llegar por intermedio de un catéter al corazón e inyectarle material de contraste que luego se observa con un dispositivo. Este hallazgo permitió el desarrollo del bypass y también de la angioplastia.
Pasaron muchos años hasta la llegada del doctor René Favaloro en 1971 a la Argentina, trayendo bajo el brazo la nueva técnica de bypass para generar una convocante y mediática polémica con Cossio, que se oponía a la generalización de este procedimiento.
La controversia estimuló a miles de cardiólogos, entre ellos a mí, a discutir cuál era la mejor alternativa para tra-
Este desarrollo cambió el tratamiento de los pacientes coronarios