SIN ODIOS NI RENCORES
Basada en dos de los nueve libros del músico y escritor Luis Pescetti, que logró convertir a su saga infantil en un auténtico éxito –1.500.000 ejemplares vendidos en Argentina, México y España–, Natacha, la película se estrenó con una buena distribución: 12 salas entre Capital y Gran Buenos Aires y otras siete asignadas entre Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Puerto Madryn.
Eduardo Pinto, el mismo director de Palermo Hollywood y Corralón, la definió como “una película sin odios ni rencores, de relaciones espontáneas entre los personajes”. Aunque sus largometrajes anteriores no tienen nada que ver con éste, Pinto estaba trabajando para Unicef cuando Fernanda Ribeiz, la codirectora, y Nicolás Battle, el productor, lo convocaron para que se sumara al proyecto. Ribeiz descubrió a Natacha cuando trabajaba como docente. Pescetti construyó el simpático personaje de fi- cción a partir de la observación aguda de una alumna suya. Y en la película se respeta a rajatabla la historia original: en el universo de los dos primeros libros de Natacha, que aparecieron hace años, no hay teléfonos celulares ni computadoras. Las historias son más clásicas, más parecidas a las de otra época, cuando jugar con un perro era jugar con un perro y no con una animación creada para una aplicación específica que lo reemplaza.