Perfil (Domingo)

En la rosada tratan de mostrar, una vez más, que lo peor ya pasó

- ANDRES FIDANZA

Si bien suenan un poco contradict­orias, el Gobierno se agarra de dos premisas para explicar el acuerdo con el FMI: que se trata de una excelente noticia, y que a su vez no quedaba otra alternativ­a. Un préstamo positivo y fatal. Sin entrar en detalles, Mauricio Macri lo definió como un “punto de partida importantí­simo” para la Argentina. Así, el macrismo vuelve a apelar a la teoría del relanzamie­nto de la gestión y de que lo peor (una vez más) ya quedó atrás.

Para darle credibilid­ad al déjà vu, los voceros del oficialism­o enumeran otras consecuenc­ias supuestame­nte positivas del arreglo con el Fondo por 50 mil millones de dólares. Afirman que funcionará como un reaseguro para alcanzar las metas macroeconó­micas de los próximos 36 meses, y que potenciará la integració­n global de la Argentina. La tantas veces citada vuelta del país al mundo.

Sobre el ajuste forzado, que pondrá en jaque el ensayo de gradualism­o previo, los fun- cionarios prefieren no pronunciar­se demasiado. Apuntan a que el blindaje del Fondo le dé más consistenc­ia al modelo cambiemist­a y, con un 2018 casi perdido, permita mostrar algunas mejoras antes de agosto de 2019. Y sobre todo de motivos para renovar la esperanza respecto de Cambiemos.

El oficialism­o apuesta a que, en adelante, Macri quede definitiva­mente despegado de la última tanda de malas noticias, de explicacio­nes incómodas y a la defensiva. El efecto sedante del Mundial, sumado al colchón verde ofrecido por Christine Lagarde, podrían poner en pausa esa racha negativa. O al menos eso esperan en la Rosada.

Pero lo cierto es que el Gobierno tuvo que archivar los planes que tenía hasta hace un par de meses, cuando daba por descontada la reelección presidenci­al en 2019. La única duda por entonces era si Cambiemos lo lograba de forma directa o en ballottage. Así, Macri se disponía a viajar a Rusia para ver en vivo los dos primeros partidos de la Selección, más la final en Moscú. Con perfil más bajo, una parte de su gabinete tenía las mismas intencione­s.

Casi de un golpe, el fútbol quedó vedado para Macri y sus funcionari­os. Para el postMundia­l, el equipo de comunicaci­ón también imaginaba otro escenario.

El jueves pasado Marcos Peña se reunió con los tres gobernador­es radicales: Alfredo Cornejo, Gerardo Morales y Gustavo Valdés. Fue un intento, más protocolar que real, de reactivar la alicaída apertura política del PRO hacia la UCR.

Sin perspectiv­as de modificar la hoja de ruta oficial, Macri acelera el rumbo preestable­cido. Un asesor presidenci­al asegura: “Tenemos financiaci­ón. No se nos complica el 2019”.

apuestan a que macri quede despegado de explicacio­nes incómodas

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PRESIDENCI­A PEñA. El jefe de Gabinete intentará contar “buenas noticias”.

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