Los negociadores con el Fondo dejan atrás el perfil bajo
con formación de la Uba, Di Tella y posgrados en el exterior, los hombres que se sentaron a la mesa del FMi se dividen entre el apoyo a la legalización del aborto y el repudio a avogadro.
Los funcionarios que tuvieron a su cargo la negociación con el FMI son académicos de perfil bajo con poca experiencia en gestión pública. Muchos comparten la UBA y la Universidad Di Tella en su formación, junto con posgrados y doctorados en el exterior.
En los últimos días, dos de los negociadores de Hacienda, Guido Sandleris y Sebastián Galiani se mostraron abiertamente en favor de la legalización del aborto y se desmarcaron de un grupo entre silencioso y conservador.
Sandleris, que fuera del mundo académico escribió una saga de libros de fútbol para chicos junto a Fernando Sánchez, fundador de la Revista Barcelona, posteó una foto de la marcha del Ni Una Menos en el momento en que se levantaron los pañuelos verdes a favor del aborto legal. Y lamentó no poder participar de la foto de los funcionarios de Cambiemos que se sacaron en apoyo a la legalización.
Galiani, egresado de la UBA y doctorado en Oxford, es el secretario de Política Económica. Se sumó a la foto de legisladores y compartió otra del referéndum en Irlanda por el que se aceptó modificar la Constitución para despenalizar el aborto. El jueves, a la hora del anuncio del acuerdo, con su habitual estilo, saco de tweed y pantalones beige, iba y venía por las salas del Centro Cultural Kirchner. Renunciará a su puesto en agosto para volver a vivir en Maryland, Estados Unidos, ciudad en la que está su familia. En distintas oportunidades había manifestado lo complicado de los viajes constantes, muchas veces solo por el fin de semana.
El secretario de Hacienda, Rodrigo Pena, otro UBA y con posgrados en la Di Tella es el que más experiencia arrastra en la administración pública: fue jefe del Gabinete de Asesores de Martín Lousteau en el Ministerio de Economía. “Es el autor de la 125”, dicen sus detractores, sobre el proyecto de retenciones móviles a la soja.
Entre 2009 y 2014, Pena fue gerente general del Banco de Formosa. Cuando escribió una columna en la que calificaba al consultor José Luis Espert de “plateísta”, algunos economistas ultraortodoxos le recordaron su pasado junto al gobernador Gildo Insfrán y lo acusaron de estar vinculado al desvío de fondos con Amado Boudou.
El emisario de Luis Caputo en la negociación fue el secre-
Pena, cuestionado por los ortodoxos. Bausili y Flores Vidal, los más conservadores. tario de Finanzas, Santiago Bausili, muestra su fanatismo por Manu Ginobili y los Pumas. No hizo comentarios sobre el aborto, pero retuitea fotos con Marcos Peña con el Papa. Al igual que su jefe, tiene vasta experiencia en entidades financieras: trabajó 11 años en JP Morgan y nueve en el Deutsche Bank, donde cobró bonos extrasalariales y marcó un conflicto de intereses: el DB es uno de los principales colocadores de deuda en la era Cambiemos. Ariel Sigal, el jefe de Gabinete de Hacienda, fue el único que se quedó en Washington para responder consultas de último minuto del staff del FMI. Por el lado del Central, Mariano Flores Vidal, repudió al secretario de Cultura porteño, Enrique Avogadro por comer torta con la forma de “cuerpo de Cristo”. El gerente general estuvo a cargo de la reforma de la Carta Orgánica que incluye el acuerdo con el Fondo.