Tregua para contener reclamo social
Con partidas para planes y alimentos, el ejecutivo logró desactivar protestas frente a los supermercados, aunque no hay un acuerdo definitivo. Los líderes de movimientos sociales dicen que “está todo muy atado con alfileres”.
Alimentos y diálogo abierto con las agrupaciones.
Luego de la reunión del miércoles pasado entre los referentes de los movimientos sociales y la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, se abrió un compás de negociación. Se selló una tregua antes que una paz definitiva, porque aún quedan discusiones pendientes. El principal dato es que se formalizó la reapertura de una mesa de negociación tripartita –integrada por el Estado, las organizaciones y la Iglesia– y se fijó una agenda de trabajo conjunta.
El gobierno nacional ofreció a los líderes piqueteros un ajuste en los planes sociales y un aumento de los aportes para comedores y merenderos ( ver recuadro). Así, se logró desactivar una protesta especialmente sensible para la memoria emotiva argentina: reclamos de alimentos frente a los principales hipermercados del país.
En diálogo con PER FIL , representantes de las tres agrupaciones que lideran esta negociación clave, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), advirtieron que hay un fuerte riesgo de desborde social, pero valoraron la vuelta del diálogo.
“Hay cinco empresas que concentran la producción de alimentos y otras cinco que concentran la distribución, ellos deciden quién come en la Argentina, si el Estado no les pone el límite se lo vamos a poner nosotros”, advierte Estaban Castro, secretario general de la CTEP. También aclara que las protestas quedaron congeladas con la apertura de la negociación: “Desde nuestro punto de vista, en el medio de la negociación no se deben realizar protestas; se hacen antes, cuando no se atienden los reclamos, o después, cuando no nos ponemos de acuerdo”.
“Está todo muy atado con alfileres” evalúa por su parte Daniel Menéndez, coordinador nacional de Barrios de Pie. Y agrega: “El concepto que transmitimos a la ministra Stanley es que vamos a tran- sitar una tempestad con un barquito precario; el Gobierno dio una respuesta que tiene que ver con una situación anterior, que en otro contexto sería aceptable, pero la situación cambió con la devaluación, el acuerdo con el FMI, el ajuste y la baja del empleo informal. Si no se toman medidas se va al naufragio o a una paz social endeble”. Igualmente, Menéndez valora que se haya abierto esta instancia de diálogo: “Tanto nosotros como la Iglesia veníamos siendo muy críticos con el Gobierno y que el Gobierno se banque sentarse a dialogar nos parece que es positivo”.
“Si el Gobierno no toma medidas se va al naufragio o a una paz social endeble”
Advertencias. Más allá del diálogo y el principio de acuerdo alcanzado esta semana, los dirigentes advierten sobre una situación crítica: “En todas las villas lo único que está bien organizado es la droga. A los chicos, los obligan a ser soldaditos, porque si trabajan en un supermercado le van a pagar chirolas, y eso a lo mejor lo ganan en dos o tres días de estar como soldaditos; la crisis y la droga van acompañadas”, apunta Luciano Nardulli, dirigente de la CCC.
“Estamos conteniendo a la gente, y yo le digo a los funcionarios: si no aflojan algo, si no se dejan de joder lo que va a pasar es que en lugar de pararte para limpiarte el vidrio te van a parar para limpiarte lo que tengas en los bolsillos y hasta la vida, por el tema de la droga”, agrega Nardulli.
Para los tres dirigentes piqueteros, no existe una contradicción entre sus fuertes críticas al Gobierno y la intención de trabajar en conjunto con el Ejecutivo: “Nuestra pelea es para que esos trabajadores que no tienen derechos pero fueron capaces de crearse un trabajo propio, de forma asociativa o individual, obtengan un trabajo mejor o se le garanticen sus derechos con el trabajo que tiene”, explica Castro. Y remata: “Quien vende alfajores de una multinacional en el transporte público no es empleado de esa multinacional, por eso nos organizamos para discutir con el Estado”.
“En las villas lo único organizado es la droga. Obligan a los chicos a ser soldaditos”