Perfil (Domingo)

“¡Eso no se dice!”

- SILVIA RAMIREZ GELBES*

chaza ciertos términos que considera vulgares, agresivos, indignos o inmorales y es por ello que esos términos tienden a ser usados como insultos. Es más: distintas comunidade­s selecciona­n distintas áreas de significad­o en lo relativo a sus palabras tabú. En sueco, afirman, los insultos más usados son los que se relacionan con el nombre del demonio; y, en España, las que designan los instrument­os empleados en la misa son –muchas de ellas– palabras tabú.

Los argentinos, desde luego, tenemos nuest ro reser vor io, ese conjunto de “malas palabras” estigmatiz­adas en situacione­s formales y en general rechazadas en los ámbitos públicos. Pero que parecen prohibidas, exclusivam­ente, para los niños chicos. Porque, a esta altura, nos hemos acostumbra­do a escucharla­s en los medios electrónic­os y a verlas en letras de molde o en los portales digitales de los medios masivos.

La pregunta obligada es, entonces, cuáles son nuestras palabras tabú. Si usted me apura, yo le diría vo. Los porteros ya no son porteros sino encargados. Las peluqueras ahora son peinadoras. La nafta común es súper y la coima es un retorno.

Por temor a dar una mala imagen, por el decoro de no ofender a los demás, las malas palabras argentinas no son ni “pobreza” ni “desocupaci­ón” ni “malas prácticas”. Son, más vale, las palabras que no se dicen. O, mejor todavía, las que nadie quiere decir. *Directora de la Maestría en Periodismo de la Universida­d de San Andrés.

 ?? CEDOC PERFIL ?? LO INCORRECTO. Hoy, “pobreza” o “desocupaci­ón” son tabú.
CEDOC PERFIL LO INCORRECTO. Hoy, “pobreza” o “desocupaci­ón” son tabú.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina