SUBE Y BAJA
Desde el 1° de julio, con el ruidoso silencio del siempre soberbio y locuaz ministro de Transporte, Dietrich, y aprovechando el Mundial, la SUBE no va más para las autopistas, sin explicación alguna. La SUBE era una gran facilitadora: servía para combinar con el subte y colectivos, es de fácil obtención y recargas en kioscos. Se añade así un nuevo obstáculo a la ya difícil tarea de ir a trabajar, con obras –todas al mismo tiempo– como túneles en Av. Nazca, en Av. Balbín, o el viaducto del tren San Martín en Villa Crespo, que provocan una odisea para cruzar la ciudad. Ni que hablar de la obra vial de Retiro-Puerto Madero que ha transformado en una verdadera gesta ingresar a esa zona. Todas esas obras con final ad calendas graecas tienen pocos obreros y viejas máquinas, todo cual aumenta el gasto público. En Rusia construyeron en 27 meses un puente sobre el Mar Negro –el más largo del mundo, de 19 km, uniendo la península de Crimea con Krasnodar y dando ocupación a 10 mil hombres–. Se suma a toda esa insensatez el derroche a todas luces innecesario de “reparaciones” constantes de veredas, pinturas, macetones y palitos en bocacalles y desiertas bicisendas por doquier. Todo ello producto de un fanatismo irracional por querer demostrar e imponer cambios –muchos irrazonables– que podrían haber sido más simples y más baratos. Y, para colmo, se crearon infinitas y costosas secretarías de modernización con la proclama de evitar trámites y problemas a la gente, que por lo visto han motivado otro déficit para las arcas estatales. Osvaldo Oscar Albano albanoquartarone @hotmail.com es de origen africano, tiene 19 años y silenciosamente dona sus premios a niños hospitalizados y minusválidos. Fernando Miranda mirandafernando2
@gmail.com