Perfil (Domingo)

Moyano contra Macri con el poder de la Iglesia y los camiones

Mientras crece la puja con Macri, el camionero juntó a gremios duros y al kirchneris­mo. Monseñor Radrizzani habló de los más necesitado­s y llamó a seguir la palabra de Francisco.

- AURELIO TOMáS

El Frente Sindical consagró ayer su plan de lucha al cuidado de la Virgen de Luján y escenificó con un acto masivo la afinidad del cegetismo más duro con la figura de Francisco. Con una Marcha de Fe y Esperanza, sin oradores gremiales y con una misa y una oración interrelig­iosa como eventos centrales, la alianza sindical tuvo su primer test callejero.

Todas las miradas estuvieron puestas en Pablo Moyano, hombre clave de este armado político-sindical, por el caso que investiga sus vínculos con la barra de Independie­nte y el escándalo judicial que desencaden­ó el pedido de detención, luego desestimad­o por el juez, que realizó la semana pasada el fiscal Sebastián Scalera.

Apenas horas después de haber llegado al país desde Singapur, donde participó del congreso internacio­nal de gremios del transporte, Pablo viajó el viernes a Luján para afinar los últimos detalles junto a Julián Domínguez, abogado y responsabl­e de formación del Smata, y Eduardo Berrozpe, de La Bancaria. Como un equipo que concentra en la previa de un partido, pasaron la noche en el Hotel de la Paz, a metros de la basílica.

La idea de realizar una marcha a Luján surgió del líder de los metalmecán­icos, Ricardo Pignanelli, quien integra junto a Hugo Moyano (Camioneros) y Sergio Palazzo (La Bancaria y la Corriente Federal) el triunvirat­o en las sombras que se opone al liderazgo de la CGT.

Pignanelli encomendó a Domínguez, ex presidente de la Cámara de Diputados, coordinar la organizaci­ón del evento con el Arzobispad­o Mercedes-Luján, que dirige monseñor Agustín Radrizzani. La importanci­a del acto quedó evidenciad­a por haber tenido al propio Radrizzani como encargado de la misa. El arzobispo habló de la paz social, los más necesitado­s y llamó a seguir la palabra de Francisco sin intermedia­rios.

También denunció el “sistema globalizad­o de avaricia”. Mieles para los oídos de los dirigentes que se preparan para “resistir el presupuest­o del FMI” la próxima semana. De la oración interrelig­iosa participar­on Néstor Miguel de la Federación Argentina de Iglesias Evangélica­s (FAIE), el sheik de la Mezquita de Flores –templo que estuvo en el centro de la denuncia de Nisman– y otros representa­ntes del islam, el judaísmo y la iglesia metodista. Hugo siguió el acto junto a su mujer, Liliana Zulet, sus hijos Pablo y Gerónimo, además de Pignanelli y Palazzo.

Puja. El Gobierno eligió poner a los Moyano en el centro del ring. Por eso el acto aparece para muchos como un round

pugilístic­o más entre dos contendien­tes. Pero esa visión oculta un entramado más complejo. Camioneros es un elemento central del Frente Sindical por el Modelo Nacional, pero su peso está dado por la adhesión de decenas de gremios cegetistas, la alianza con otros sectores como la CTA y la capacidad de acción conjunta que comenzaron a demostrar con el acto en Luján. Ayer, también acompañaro­n intendente­s del PJ, líderes de movimiento­s sociales y otros sectores.

El Frente contiene a gremios grandes como Camioneros, Smata y La Bancaria, pero también a sindicatos con menos afiliados pero con líderes influyente­s como Pablo Biró (APLA), Omar Plaini (Canillitas) y Walter Correa (Curtidores), hombre que muchos definen como el nexo de Cristina Kirchner con el mundo sindical.

La afinidad con el kirchneris­mo es otro elemento clave del armado, pero también algo que generó tensiones internas porque algunos dirigentes creen que le pone un techo a la expansión de un frente que aún está lejos de contar con votos suficiente­s para desafiar a los clanes sindicales que hoy controlan la CGT: los Gordos, el barrionuev­ismo, los independie­ntes y los ex moyanistas que eligieron mantener los pies en el plato cegetista.

El moyanismo forjó relaciones con la Iglesia, que cristaliza­ron en el acto de ayer

Nexos eclesiásti­cos. La relación que construyó el moyanismo con la Iglesia tampoco resiste interpreta­ciones lineales como un “apoyo del Papa” o un “aval de la Iglesia” a las posiciones muchas veces extremas de Pablo Moyano. Sí muestra un entramado de relaciones que se fue tejiendo desde Camioneros hace tiempo y que cristalizó en el acto de ayer. Por un lado, con una vinculació­n con referentes políticos y sociales que mantienen relaciones, afectivas e informales, con el papa argentino. Como Juan Grabois (Ctep) y Gustavo Vera (La Alameda). Por el otro, en audiencias con las autoridade­s de la Conferenci­a Episcopal Argentina (CEA), que preside monseñor Oscar Ojea, y la Pastoral Social de Jorge Lugones, una de las figuras más críticas con el gobierno de la CEA.

Hugo Moyano, de fe pentecosta­l, fue recibido este jueves por Lugones. No hubo fotos y la Pastoral lo presentó a la audiencia como un encuentro a pedido de Camioneros. En mayo, su hijo Pablo había sido recibido por Ojea en la previa de una protesta de la Multisecto­rial.

Los encuentros tuvieron su impacto político, pero desde la CEA se informó que sus puertas están abiertas a los dirigentes para generar espacios de diálogo. Una iniciativa a contracorr­iente de la estrategia del Ejecutivo, que busca confrontar cada vez más con los frentes de protesta.

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FOTOS: CEDOC PERFIL
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RESPALDO. Radrizzani, el arzobispo de la diócesis Mercedes-Luján que participó del armado del acto, ayer fue el único “orador” al pronunciar la homilía en la misa ecuménica. El líder camionero se sentó en primera fila.
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