El clan Bolsonaro desembarcará en enero en Brasilia
Jair Bolsonaro en la presidencia, sus hijos Flavio en el Senado, Eduardo en la Cámara de Diputados y Carlos en el Concejo Municipal de Río: a partir de enero la vida política en Brasilia será también un asunto de familia.
“Es la primera vez que tendremos un presidente con un hijo en Diputados y otro en el Senado”, observa Sylvio Costa, fundador de Congresso em Foco, sitio especializado en el Parlamento. “Tendrán influencia sobre el gobierno”, aunque no tengan un cargo formal.
El mayor, Flavio, un abogado de 37 años, es el más moderado y se hizo conocer cuando asumió la conducción de la campaña tras el atentado que estuvo a punto de costarle la vida a Jair Bolsonaro, en septiembre. Fue elegido senador con un aluvión de votos. Los soldados Bolsonaro. Carlos, de 35 años, integrante del Concejo Municipal de Río desde hace varios períodos y diplomado en ciencias aeronáuticas, es el estratega 2.0 del clan. Su manejo de las redes sociales fue decisivo para la victoria de su padre.
Carlos tiene una reputación de reservado y caprichoso. Y, aunque tenga un cargo en Brasilia que lo acerque al resto del clan, seguirá a cargo de las redes sociales de su padre.
Eduardo, de 34 años y abogado de formación, acaba de ser reelecto diputado federal en San Pablo, con un caudal histórico de 1,84 millones de votos. Se lo ha visto muy a menudo en Brasilia junto a su padre, que lo enviará en misión a Estados Unidos.
¿Qué esperar de ellos? “Flavio puede asumir la conducción de una de las comisiones del Senado, la de Educación o la de Relaciones Exteriores, para hacer avanzar el programa de su padre”, dice Marcio Coimbra, de la Universidad presbiteriana Mackenzie.
Eduardo “tendrá un mandato fuerte y probablemente en- cabezará una de las comisiones importantes de la Cámara, como la de Relaciones Exteriores o la de Justicia”, señaló.
“Son inteligentes, serán esenciales” para implementar el bolsonarismo y “podrán trabajar con el Congreso”, aseguró Coimbra.
Pero no todos piensan así. Para Sylvio Costa, los hijos de Bolsonaro podrían convertirse en un gran problema: “Hablan demasiado, no conocen bien las reglas de la política y tienen un estilo muy agresivo”. Y desde enero “deberán dirigirse a quienes no piensan como ellos y será crucial que mantengan buenas relaciones con los demás partidos políticos”.