Miles de personas participaron de la Marcha del Orgullo Gay
A pesar de la lluvia, miles de personas participaron ayer de la XXVII Marcha del Orgullo Gay en Buenos Aires. Uno de los principales reclamos fue que se termine el “genocidio trans/travesti”. “La violencia hacia las personas trans es sistemática. Creemos que este año se van a superar los 70 casos que relevamos en 2017”, dice María Rachid, secretaria general de la Federación Argentina Lgbtiq (Falgbt).
La concentración comenzó alrededor de las 11 de la mañana en Plaza de Mayo con una feria que se repite cada año desde 1992. Allí había varios stands en los que se podían comprar libros o firmar un documento para separarse de la Iglesia Católica. Tomás Lynch tiene 26 años y se define como “marika, porque cuando la sociedad educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política. La marcha es un espacio donde no existe el ‘qué dirán’ y se reafirma ser libre en todos los sentidos. No hay que desnudarse para marchar, pero si querés calzarte los tacos aguja vamos a estar sosteniéndote para que no te caigas”, afirma el joven.
Desde la Falgbt proponen una legislación nacional “con cupos en la administración pública, incentivos impositivos para las empresas que contraten trans y un subsidio para los trans mayores de 40”, detalla Rachid. dad Homosexual de Argentina (CHA), 100% Diversidad y Derechos, Mujeres Trans Argentinas y la Asociación La Rosa Naranja se retiraron por primera vez de la comisión organizadora de la Marcha del Orgullo. En un comunicado, explicaron: “Decidimos retirarnos de la Comisión Organizadora de la Marcha ante la pérdida del espíritu histórico del orgullo y la falta de representatividad respecto de los reclamos sustanciales de nuestra comunidad. Particularmente, la expulsión de las compañeras travestis y trans en situación de prostitución de las consignas de la marcha con el reclamo de alternativas laborales representa el socavamiento del valor social, histórico y político que viene construyendo este movimiento desde hace décadas; nos aleja de nuestra gente, deteriora la representación y propicia la fragmentación de nuestra lucha”.