JUGADORES BAJO FUEGO
EL MAS AFECTADO FUE PABLO PEREZ. PERO NO EL UNICO. UN DIA INTENSO PARA LOS XENEIZES.
PEREZ, NANDEZ, LAMARDO, VILLA Y TEVEZ SUFRIERON LOS EFECTOS DEL ATAQUE AL MICRO
Los jugadores de Boca atravesaron ayer por varios de los más intensos estados de ánimo que un ser humano puede atravesar: tensión al despertarse ante el gran compromiso, ansiedad porque llegue la hora, euforia en un micro desbordado de confianza en el que iban cantando, miedo ante la salvaje y estúpida agresión, impotencia e irritación ante las presiones para que el partido se jugara sí o sí y, finalmente, alivio ante la postergación.
El “parte de heridos” luego de la agresión sufrida por el micro fue encabezado por Pablo Pérez, quien junto con Gonzalo Lamardo fueron llevados en ambulancia al Sanatorio Otamendi para ser atendidos de lesiones en los ojos. El capitán sufrió una úlcera corneal en el ojo izquierdo causada por un objeto extraño –probablemente una astilla de la ventanilla que estalló ante los piedrazos– y el juvenil una irritación en el ojo derecho y un corte en la cabeza. Ambos se retiraron con visibles parches en los ojos, publicados en su cuenta de Instagram por el médico del plantel, Jorge Batista.
Ninguno de los dos recibió el alta médica de los profesionales que los atendieron en el sanatorio ubicado en la calle Azcuénaga al 800, pero de todos modos regresaron al estadio Monumental e inclusive Pérez figuraba en la última formación que Guillermo divulgó cuando aún se hablaba de jugar ayer el partido.
Hospital. Al llegar el micro al estadio, el vestuario visitante, se convirtió en un virtual hospital de campaña por el ataque sufrido en la esquina de Libertador y Monroe. Varios jugadores quedaron lastimados y comenzaron a circular las imágenes. Así se pudo ver el dolor de Nahitán Nández, Pablo Pérez, Lamardo y a Sebastián Villa, entre otros.
En las imágenes se vio al doctor Batista atendiendo a varios de los futbolistas. El colombiano Villa tenía mareos, el juvenil Almendra acusaba varios cortes y el uruguayo Nández había sufrido el efecto de los gases arrojados por la policía para repeler a los hinchas. Y Carlitos Tevez aseguró haber vomitado al llegar al vestuario.