La curva centenaria
Gallopin explica que “todas las obras hidráulicas toman en cuenta lo que se llama ‘la curva centenaria’: los datos de las máximas crecidas, hasta cuando subió un río”. Sobre esa base, diseñan los puentes para que no la superen. Esos datos hidráulicos del pasado en los próximos veinte años van a carecer de sentido. Van a ser tomados como aquellas cosas que no tienen sentido. Con el cambio climático y con el desplazamiento de las precipitaciones, una de las cosas que se sabe van a pasar, es muy difícil de predecir con exactitud en dónde van a ocurrir y con qué magnitud, muchas de esas obras van a quedar obsoletas, tal como sucede con obras que ya están. Son obras que se planean pensando en muchos años por delante. ¿Qué tipo de acciones se deberían tomar? “Hay que hacer cosas de tipo adaptativo. Por ejemplo, crear embalses que puedan ser modulares y que se pueden agregar módulos de acuerdo al monitoreo de las variaciones que se producen”.