Macri viaja con medio gabinete para su reunión con Bolsonaro
La seguridad y el comercio cobran fuerza en la agenda. Además de la cita entre líderes, habrá reuniones sectoriales y del conjunto.
“Paciencia estratégica” y “optimismo”. Dos conceptos que bien pueden ilustrar lo que el Gobierno espera de la inminente cita con el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, este miércoles y la relación que pueda comenzar desde entonces.
Para lo que será la bilateral más importante del verano, Mauricio Macri convocó una selección de ministros y secretarios que lo acompañarán el 15, cuando aborden a la noche un vuelo desde Chubut rumbo a Brasilia. Nicolás Dujovne (Economía), Dante Sica (Producción y Trabajo), Jorge Faurie (Cancillería), Patricia Bullrich (Seguridad) y Oscar Aguad (Defensa) se le unirán en la Patagonia. También se sumarán los secretarios Fulvio Pompeo (Asuntos Estratégicos), Marisa Bircher (Comercio Exterior) y Horacio Reyser (Relaciones Económicas Internacionales).
El equipo que viajará a Brasi- lia para disputar el primer encuentro con Bolsonaro no es casual. Al contrario, responde a los principales intereses en la agenda compartida, de acuerdo con lo que trasciende de los contactos previos entre ambos gobiernos. Con un claro predominio del eje comercial y la inevitable crisis en Venezuela como el principal desafío político de la región, se incorpora ahora el tema de la seguridad como uno de los tópicos excluyentes en la relación con Brasil.
La agenda contempla una serie de reuniones sectoriales, en las que varios ministros interactuarán por áreas de interés con sus pares brasileños, y una de los presidentes con sus gabinetes en conjunto. Luego habrá un tiempo para la cita a puerta cerrada entre los jefes de Estado. Los brasileños querían que el encuentro fuera a solas pero desde Buenos Aires contrapropusieron que los mandatarios vayan acompañados por dos ministros o secretarios a definir para que sea “productiva”. Concluirán con un comunicado conjunto y un almuerzo.
En el Gobierno definen la agenda como “intensa y de trabajo”. Saben que se trata, en esencia, de una primera cita en la que se pondrán los temas sobre la mesa y quizás no se vuelva con grandes definiciones. Tampoco se animan a asegurar lo contrario. Sencillamente, no saben con lo que se van a encontrar en el Planalto, si bien algunos de los consultados se animan a comparar a Bolsonaro con el efecto que provocó la victoria de Donald Trump y su realidad posterior.
“Son personajes que generan mucho ruido por el show, por cómo dicen las cosas. Pero la realidad es que cuanta más velocidad, dinamismo y modernización este hombre les imprima a las negociaciones internacionales, mejor para nosotros”, comentó a PERFIL uno de los miembros de la comitiva. Si bien en el Gobierno hay quienes temen que el brasileño rompa el Mercosur, prevalecen los que opinan que el entrelazamiento histórico, diplomático y productivo con Brasil es más fuerte que cualquier ideología. “Los presidentes no necesitan ser amigos”, ilustró otro funcionario. Casi todos coinciden en que se trata de ejercer la “paciencia estratégica” como línea.
Argentina le propondrá a Brasil avanzar en la definición del Arancel Externo Común, dentro de un debate mucho más amplio sobre la flexibilización del Mercosur. Además, quieren cerrar la negociación con la Unión Europea, EFTA y Canadá, y avanzar en las conversaciones con Corea del Sur y Singapur. Por supuesto, el déficit en la balanza bilateral también forma parte de las preocupaciones locales.
Casi todos los ministros y secretarios que viajan a Brasilia ya han establecido contactos formales e informales con sus contrapartes. Sin ir más lejos, esta semana, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, tomó contacto con el ministro Sergio Moro. Antes, ya el ministro de Justicia, Germán Garavano, había intercambiado mensajes a partir de su vínculo personal con el ex juez del Lava Jato.
En materia de seguridad, se trata de profundizar una agenda de trabajo que ya seguían con el gobierno de Michel Temer. No obstante, hay determinadas políticas en trámite que se podrían profundizar en la integración fronteriza con el apoyo de Brasil, como la potestad de las policías de cruzar el límite durante una persecución en caliente. Las fronteras son una de las mayores urgencias de Bolsonaro, y la Argentina buscará corresponderle.
Brasilia sugirió un encuentro a solas de los líderes, pero se opusieron desde Bs As