Libros que debe leer un joven político
La revolución tecnológica provoca una brecha que crece a pasos agigantados entre países que progresan aceleradamente y otros que se estancan, dependiendo de la educación de su población y de la capacidad de sus elites para desafiar los nuevos tiempos. Es indispensable formar dirigentes con la mente abierta, capaces de estudiar y superar supersticiones del pasado. No es un tema de edad. Bertrand Russell escribió una de las interpretaciones más jóvenes sobre el festival de Woodstock cuando tenía más de 90 años. A una edad semejante, Zygmunt Bauman conmovió al mundo académico con sus textos sobre la sociedad líquida, y Stéphane Hessel inspiró la ola de revueltas juveniles cuando publicó Indignaos. Fueron jóvenes con bastantes años. En contraste, en entrevistas realizadas por Eduardo Feinmann hemos visto a estudiantes con cuerpos jóvenes que alojaban ideas tan apolilladas como las de los peores reaccionarios del continente. Vivimos un momento de cambio radical y si queremos hacer política para servir a la gente necesitamos leer.
Raymond Kurzweil es un autor indispensable. Inventor, músico, empresario, escritor, científico especializado en ciencias de la computación e inteligencia artificial, es director de Ingeniería de Google desde 2012. En 2009 anunció la creación de la Universidad de la Singularidad en colaboración con Google y la NASA, para formar líderes que comprendan el desarrollo de las tecnologías para usarlas con el fin de enfrentar los grandes problemas de la humanidad.
Según Kurzweil, las computadoras progresan a una velocidad exponencial y transforman nuestros conocimientos en todas las áreas, incluidas las que no tienen relación con la computación, como la nanotecnología, la biotecnología, la ciencia de los materiales y las ciencias que estudian el comportamiento humano. Hasta 2050 se incrementarán la expectativa de vida y su calidad, los procesos de envejecimiento se harán primero más lentos, luego se detendrán y finalmente se revertirán. En poco tiempo se logrará la inmortalidad. Habrá máquinas cada vez más potentes, numerosas y baratas. Hacia 2029 llegaremos a la singularidad: los ordenadores pasarán el test de Turing demostrando tener una capacidad mental igual a la de un ser humano. La inteligencia artificial será más poderosa que la nuestra y nos convertiremos progresivamente en cyborgs usando máquinas para expandir nuestras capacidades. No es ciencia ficción. La época de la singularidad está entre nosotros. Muchos ya no podemos movernos sin nuestro celular, nuestra computadora, ni manejar el coche sin el google maps.
Conocí a Kurzweil en la casa de Mauricio Macri hace diez años. La reunión, a la que asistió Esteban Bullrich, fue apasionante, se plantearon ideas para que los niños de las escuelas públicas enfrenten la singularidad. Nos quedó la inquietud de estudiar el tema, apoyé a Ignacio Peña en la organización de seminarios de Singularity University.
Kurzweil ha escrito varios libros, el indispensable sería La singularidad está cerca. Cuando los humanos trascendamos la biología, editado en castellano por Lola Books de Alemania. Pueden también consultarse algunos links.
El Hombre Trascendente: http://bit. ly/hombre-trascendente.
La singularidad está próxima (Ray Kurzweil): http://bit.ly/singularidadproxima.
En 20 años ampliaremos nuestra expectativa de vida indefinidamente. (Ray Kurzweil): http://bit.ly/20añosexpectativa-vida.
Thomas Friedman es otro autor que nos orienta en el mundo en el que queremos hacer política.
Periodista del New York Times, ha ganado tres veces el premio Pulitzer. Para entender mejor el mundo globalizado es importante viajar, y Friedman tiene la ventaja de haber estudiado en El Cairo, Oxford, Boston y Beirut. Tras una estadía en Bangalore publicó La tierra es plana, un libro vital para comprender las consecuencias de la globalización. En conversaciones con varios presidentes y candidatos presidenciales de la región durante este año, pude saber que casi nuguno manejaba esta bibliografía y ni siquiera sabía que existía Bangalore, el Silicon Valley de la India, que alberga a un buen número de las escuelas y centros de investigación más prestigiosos del país.
En esta ciudad se han instalado muchas empresas multinacionales, especialmente en Electronics City, un parque industrial dirigido a la tecnología de punta. La India es en estos momentos el mayor exportador de software del mundo, vende servicios como llevar la contabilidad de empresas occidentales y ha encontrado nichos de mercado en los que su producción inteligente se ha hecho complementaria a Estados Unidos. Con abundancia de ingenieros cualificados, el sector tecnológico aporta el 8% del PIB y el 20% de las exportaciones. Más del 60% de la población laboral son personas menores de 25 años.
Fr iedman no es un defensor a muerte de la globalización, en el libro The Lexus and the Olive Tree defiende la necesidad de que se preserven las tradiciones locales, un proceso que denominó “glocalización”. Sin embar- go, describe lo que llama un achatamiento del planeta producido por el progreso de los ordenadores, la fibra óptica y el software.
Señala que existe una multitud de empresas chinas e indias que proporcionan mano de obra de teleoperadores, contables o programadores informáticos, formando parte de cadenas de suministro globales y complejas para corporaciones como Dell, AOL o Microsoft.
Existen tres fuerzas aceleradoras que están cambiando nuestro planeta: la ley de Moore en tecnología, el mercado globalizado y el campo climático y la biodiversidad, que están transformando el trabajo, la política, la geopolítica, la ética y la comunidad.
Sus dos libros más famosos son La tierra es plana: breve historia del mundo globalizado del siglo XXI y Gracias por llegar tarde. Cómo la tecnología, la globalización y el cambio climático van a transformar el mundo los próximos años. Vale la pena ver las entrevistas: Luis Novaresio entrevista a Thomas Friedman: http://bit.ly/novaresio-friedman. Entrevista de Marcelo Longobardi: http://bit.ly/longobardi-friedman. Daron Acemoglu y su coautor James A. Robinson. Daron Acemoglu, profesor del MIT, dice en su libro