Murieron quemados en un robo de nafta
Más de 70 heridos y conmoción social.
Una fuga por robo de combustible en un ducto de la petrolera estatal Pemex derivó en un verdadero infierno y causó la muerte de al menos 67 personas y 75 heridos en Tlahuelilpan, una localidad rural del estado de Hidalgo, 100 kilómetros al norte de la capital mexicana, donde ayer las autoridades seguían con las pesquisas, entre cuerpos calcinados y pobladores que buscaban familiares.
El incidente (de proporciones muy superiores a las que suceden con cada vez mayor frecuencia en el país por el robo de combustible) ocurrió a unas semanas de que el presidente Andrés Manuel López Obrador lanzara una ofensiva contra este delito, lo que provocó una severa escasez en varios estados, incluida la capital.
“El saldo que tenemos es de 67 personas fallecidas y 75 personas heridas”, dijo ayer Omar Fayad, gobernador de Hidalgo, en el Palacio Nacional de Ciudad de México, junto al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Entre los heridos hay ocho menores de edad, uno de ellos de 12 años, añadió Fayad.
La investigación de “los hechos va a estar a cargo de la Procuraduría General”, dijo por su parte López Obrador.
El fiscal general en funciones, Alejandro Gertz, describió el percance como “intencional” porque “alguien hizo esa perforación y el incendio fue consecuencia del delito”.
El estallido ocurrió luego de que un ducto fuera perforado por traficantes de combustible y cientos de personas, incluidas familias enteras que se lanzaron para llevarse gasolina en contenedores.
Laguna. Según la reconstrucción, después de perforada la tubería, en el kilómetro 226 del ducto Tuxpan-Tula, se produjo un chorro de gasolina que salía a borbotones hasta formar una pequeña laguna.
Cientos de pobladores acudieron, formando una especie de hormiguero, con bidones, barriles y otros recipientes para llenarlos y llevárselos.
“Había muchas personas que se acercaban con garrafones, mujeres, niños, adolescentes. Venían hasta en camionetas para poder cargar. Y empezaron a jugar, a hacer barullo donde estaba brotando el hidrocarburo”, afirmó Roselyn Sánchez, reportera del diario AM Hidalgo.
“Brincaban, se reían. Se mo- jaban y les parecía gracioso, mucha gente se estaba mojando con la gasolina”, agregó.
Pero la fiesta se tornó en tragedia dos horas después, alrededor de las siete de la tarde, cuando apenas anochecía, porque se produjo un incendio en el momento que una pequeña multitud se agolpaba en torno al lugar donde fluía el combustible.
Una gigantesca cortina de fuego abrasó a los presentes –entre seiscientas y ochocientas personas, según cálculos oficiales– y tiñó de rojo, naranja y amarillo la noche en ese paraje solitario, mientras se escuchaban gritos, como lo recogieron los videos de gente que se hallaba cerca y que circularon por las redes sociales.
Las imágenes de personas envueltas por el fuego corriendo y clamando por auxilio entre gritos de terror, difundidas por la TV durante los informativos nocturnos, eran verdaderamente estremecedoras y aterrorizantes.
Según se vio en las imágenes, la gente corría con la ropa quemada sobre su cuerpo y exhibiendo manchas motas negras en el cuerpo, en la cara, los brazos y las piernas.
El ducto, informó Octavio Romero, director de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), estaba en proceso de ser llenado, luego de que el 23 de diciembre se suspendiera su operación por órdenes de López Obrador para combatir el llamado “huachicoleo”, como se conoce el robo y tráfico de combustible, un delito que
“Fue intencional: alguien hizo esa perforación”, dijo el fiscal general, Alejandro Gertz
deja pérdidas por unos 3 mil millones de dólares anuales.
Militares y policías. Una mujer señaló que había visto personas fumando cerca del área de la fuga, sin ningún tipo de precaución, mientras que otros culparon a los soldados que acudieron al lugar.
“Algunos comentaban que habían sido los propios militares los que habían provocado el incendio, porque casi enseguida que ellos se meten se prende la toma”, dijo la reportera Sánchez.
Militares y policías llegaron al sitio apenas unos minutos después de que se suscitó la fuga para establecer un cerco, pero éste fue roto por cientos de personas que acudían a recoger la gasolina y los uniformados optaron por mantenerse a la distancia para no provocar una confrontación. “La actitud del Ejército fue correcta, no es fácil ante una multitud hacer prevalecer el orden”, dijo López Obrador.
El presidente, que acudió al lugar acompañado de sus ministros de Defensa, Mari- na y Seguridad Pública y del gobernador Fayad, lamentó el incidente y anunció que dio instrucciones “para que se controle el fuego y se atienda a las víctimas”.
Crimen organizado. Desde que asumió, el 1º de diciembre del año pasado, López Obrador anunció su intención de combatir a fondo el “huachicoleo”.
El presidente advirtió que este episodio no influirá para que el gobierno baje la guardia contra las bandas del crimen organizado que se dedican al robo de combustible, muchas veces apoyados por los propios pobladores.
“Hay que terminar con esta práctica que llevó a esta tragedia y que se fue arraigando, que dejó sin alternativas a la gente y que los empujó a llevar a cabo estas actividades con todos los riesgos que implica”, indicó. El robo se ha convertido en una especie de cáncer que corroe las entrañas de Pemex, minando sus finanzas, por cuanto se estima que expertos y empleados de la compañía estatal están involucrados.