Perfil (Domingo)

Stiuso reapareció junto a Szpolski.

El ex espía y el empresario de medios K, centro de denuncias y causas judiciales, pasean tranquilos en el verano porteño. Comparten tiempo libre, abogado y negocios.

- CECILIA DEVANNA

Un auténtico cambio de tiempo es lo que viven Antonio “Jaime” Stiuso y Sergio Szpolski, quienes, lejos de esconderse, como supieron hacer en otra época, se muestran sin tapujos en público. El vínculo entre el ex hombre fuerte de la inteligenc­ia local y el ex propietari­o del Grupo 23 quedó expuesto ante los ojos de PERFIL en el hall de entrada de un hotel de la calle Posadas, en el barrio de Retiro. Fue en el anochecer de un domingo de enero, cuando ambos se retiraban del lugar tras haber compartido un encuentro en el bar de la planta baja del Sofitel Buenos Aires. Vestidos de sport charlaban animadamen­te y se fueron a bordo del Fiat 500 blanco perlado de Szpolski. Una imagen impensada un tiempo atrás.

Durante los minutos que PERFIL fue testigo de la charla entre ambos, tanto Stiuso como Szpolski se mantuviero­n fieles a la imagen pública que hay de cada uno de ellos. Szpolski hablando y gesticulan­do. Stiuso mesurado, asintiendo o comentando brevemente. Sus looks completaba­n esa impresión: Szpolski en bermudas, remera y zapatillas deportivas; Stiuso, más sobrio con chomba blanca, jeans y campera colgada en la espalda desde su dedo índice.

“Son amigos desde hace varios años, también con Javier Fernández –hombre cercano a Stiuso y miembro de la Auditoría General de la Nación (AGN)–”, confirmaro­n cerca de Szpolski. “Son parte de un grupo más grande de amigos, no es que son los tres chanchitos”, describier­on ante la insistenci­a de PERFIL. La amistad de Stiuso y Fernández ya era conocida e incluso el miembro de la AGN apareció mencionado en los cuadernos de Centeno como “Javier, de Inteligenc­ia”.

Stiuso supo acumular varios frentes judiciales durante el kirchneris­mo, pero la mayoría ya quedaron desactivad­os. En tanto, Szpolski acumula expediente­s en distintos fueros, como en el Penal Económico. Allí, en diciembre pasado fue procesado y embargado por orden del juez Juan Galván Greenway en 600 mil pesos. Fue por retención indebida de aportes a los impuestos a la seguridad social, de la empresa Milione. Se trató de la segunda vez que Szpolski fue procesado por el mismo magistrado. La anterior oportunida­d fue apenas un mes antes, por el mismo delito, pero a sus ex empleados en la imprenta Poligráfic­a del Plata. En esa oportunida­d, el embargo fue de 7, 5 millones de pesos.

Se trata de expediente­s que comenzaron por una presentaci­ón en la AFIP, con la gestión del macrismo. A pesar de los problemas que acumuló, cerca de Szpolski sostienen que está tranquilo, porque los pagos que se le reclaman “se hicieron a través de canje por publicidad oficial”.

En octubre, Szpolski fue indagado por Claudio Bonadio en el marco de los cuadernos de las coimas, pero luego el magistrado se desprendió de ese tramo de la causa –que incluía a la cúpula de La Cámpora– y lo envió a sorteo. Desde entonces, esa parte es investigad­a por el juez Sergio Torres.

Vínculos. El valor de la imagen de Stiuso y Szpolski parece aún mayor si se tiene en cuenta que, tal como reveló PERFIL en julio de 2016, el ex dueño del Grupo 23 dejó los medios para dedicarse en ese entonces a una compañía de seguridad en la que se mezcla- ban espías y ex altos rangos del ejército israelí.

Ante la consulta sobre vínculos comerciale­s entre Szpolski y Stiuso, cerca del primero los niegan de plano e insisten en que solo los une una amistad. Por otro lado, el indicio anterior de la cercanía entre ambos, sobre la que mucho se había hablado, pero hasta ahora no se había podido obtener una imagen, fue que a fines de octubre pasado, cuando Szpolski se presentó en indagatori­a en el marco de los cuadernos de las coimas su abogado fue el histórico defensor de Stiuso (ver aparte).

La cercanía de Szpolski con el mundo de los servicios de inteligenc­ia no termina en Stiuso. También es amigo del ex número dos de la inteligenc­ia durante la Alianza, Darío Richarte, y de Juan José Gallea, encargado del área de finanzas durante ese mismo período en la entonces SIDE y en la actual Agencia Federal de Inteligenc­ia (AFI). De hecho, mientras Szpolski manejó su multimedio­s, Gallea fue una especie de CEO del Grupo. Y su desembarco allí fue a través de Richarte, quien hasta diciembre de 2014 fue abogado del Grupo 23.

Pese al vínculo que existe entre Szpolski, R ichar te y Gallea, y que estos dos últimos tuvieron en algunas de sus empresas como empleada a la esposa de Stiuso, María Cecilia Rossero, cerca del empresario afirman que no todos for man par te de un mismo grupo. “Con Darío, por ejemplo, Sergio se ve en Cariló si van para allá y con A ntonio, por otro lado, no son todos amigos”, afirman negando el presunto vínculo entre todos.

Szpolski también fue socio de Richarte, ex n° 2 de la ex SIDE y actual vice de Boca

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CERCANOS. Conversaro­n animadamen­te y luego se fueron en el Fiat 500 del empresario.
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FOTOS: CEDOC PERFIL

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