En Ciudad miran lo nacional para definir las candidaturas
Un polo de kirchneristas y centroizquierda buscará llegar a la segunda vuelta. Lavagna y Urtubey, con postulantes propios.
El cierre de listas y candidaturas porteñas alterna entre el acelere y la pausa. Las roscas capitalinas están a la espera del desenlace nacional. Los aspirantes vinculados al massismo y el lavagnismo, como el economista Matías Tombolini, el diputado Marco Lavagna y el legislador socialista Roy Cortina, miran a sus referentes nacionales para conocer su propia suerte. Si Sergio Massa termina acordando con el kirchnerismo, esa alianza engordará el espacio opositor unificado en contra de Horacio Rodríguez Larreta.
Mientras tanto, Matías Lammens hace campaña por sí mismo: se presenta ante el albertismo ampliado como el candidato con mejores chances de derrotar a Rodríguez Larreta, en un hipotético ballottage. Alberto Fernández (con aval de Cristina Kirchner) está cerca de apostar por esa alquimia en favor del presidente de San Lorenzo. De hacerlo, le pediría a Mariano Recalde que baje su postulación. El legislador y ex presidente de Aerolíneas Argentinas se muestra dispuesto.
En la vereda oficialista, el vice Diego Santilli deshoja la margarita de sus ambiciones: repetir como vice de Rodríguez Larreta (en caso de ganar) le impediría ir por la alcaldía en 2023. Porque está prohibido repetir tres mandatos seguidos en la fórmula de gobierno. En reemplazo podría presentarse una mujer.
Hubo dos eventos recientes que alborotaron el panorama porteño. Uno fue el albertazo. El corrimiento de Cristina Kirchner funcionó como un puente hacia los dirigentes de centroizquierda con perfil no kirchnerista. Por ejemplo, Lammens y Victoria Donda. El desdibujamiento de Roberto Lavagna ayudó a la construcción de ese puente en tiempo récord. Incluso cambiaron los interlocutores del kirchnerismo: el diálogo trabado con el camporismo fue reemplazado por charlas y encuentros más directos con Alberto Fernández, el ex ministro Daniel Filmus o el operador Juan Manuel Olmos.
Hasta hace dos meses, la intención de Lammens era debutar electoralmente en una zona asociada al progresismo, cerca del gobernador socialista Miguel Lifschitz y de Lavagna. Pero esa tercera vía perdió volumen rápidamente. Y ahora Lammens quedó a un paso de ser una suerte de candidato de consenso del kirchnerismo y la centroizquierda porteña. Para lograrlo, Recalde debería dar un paso al costado.
“Es posible que no haya una PASO. Tenemos conversaciones frecuentes y en buena sintonía con Lammens y Donda. Tras el gesto de Cristina, nadie puede anteponer su nombre a una propuesta colectiva. Eso ayuda a presentar una sola lista”, admite el legislador kirchnerista y ex presidente de Aerolíneas Argentinas.
Ya metida en ese mismo espacio, Donda todavía juega unas fichas en favor de su propia candidatura. “Debemos mostrar algo diferente. Y la sociedad quiere que rompamos el techo de cristal”, opina. En caso de que Massa cierre con el kirchnerismo, el economista Matías Tombolini también podría sumarse a ese armado antilarretista o quedarse con Juan Manuel Urtubey.
En la rama porteña del lavagnismo, las perspectivas son más inciertas. El viernes pasado, el legislador Sergio Abrevaya, el socialista Roy Cortina y Marco Lavagna tenían agendada una cita. Pero el cara a cara fue reemplazado por un grupo de WhatsApp. No se descarta que la boleta “Lavagna presidente” lleve pegada una de “Lavagna jefe de Gobierno porteño”.
Con un ballottage casi obligado (para evitarlo, Larreta debería sacar más del 50%), la táctica de los aspirantes es clara: entrar a la segunda vuelta, aunque sea por la ventana.
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