El 70% de la deuda indexada al dólar, la peor herencia de Macri
El préstamo del FMI y la deuda con acreedores privados serán el principal reto del próximo gobierno. Estirar vencimientos será clave.
La herencia más pesada para el próximo gobierno será el nivel de endeudamiento, a diferencia del legado que sobre ese punto recibió Macri. Su gestión arrancó con un stock de deuda pública relevante (con el sector privado y organismos financieros internacionales) de 22,8% del PBI, y a fines de 2018 trepaba a 53,4%, según un informe de Ecolatina. Además de la nueva deuda colocada durante la era Macri, esa mochila se fue engrosando con cada salto del dólar. Eso es porque el 70% de la deuda está denominada en divisas.
Los economistas consultados por PERFIL afirman que la deuda será el primer problema que deberá resolver la próxima gestión, y que sea cual sea el gobierno que asuma deberá renegociar el perfil de vencimientos con el FMI “porque no es viable pagarle en tres años”. Creen que la vía será probablemente pasar del actual stand by a un Acuerdo de Facilidades Extendidas, es decir estirar unos años el plazo de pago, pero a cambio, el organismo exigirá avanzar con reformas estructurales, como la previsional y laboral.
Sostenibilidad. El ex secretario de Finanzas, Miguel Kiguel, señala que para que la deuda sea sostenible se requiere “recuperar la confianza” de los inversores para “volver a tener acceso al mercado de capitales internacional, porque ningún país puede pagar deuda sin emitir nueva”.
Hay consenso entre los analistas en que no habría problemas para cumplir con el programa financiero en 2020 porque el número “es manejable” y aún está la plata del FMI. Según la última actualización del programa en abril, se contempla del mercado doméstico unos US$ 16 mil millones, de los cuales US$ 11,1 mil millones son renovaciones, y US$ 5,2 mil millones son colocaciones de nueva deuda. En ese sentido, Fernando Baer, de Quantum Finanzas, evaluó que “no es una cifra enorme, pero en un contexto donde no te creen, cualquier cifra es preocupante”, y acotó que “está todo muy atado también a cómo se intervenga en el mercado de cambios, porque dentro de la mayor flexibilización que dio el FMI, si se empieza a vender más dólares para calmar una corrida, puede haber algún problema, porque es probable que se reduzca el financiamiento para 2020”. Miguel Zielonka, de Econviews acordó: “si logramos recuperar la confianza no hay complicación para 2020, porque habrá voluntad de renovar vencimientos, si no, se puede complicar”.
Matías Rajnerman, de Ecolatina, y Kiguel alertaron que el mayor problema de vencimientos se concentra en el bienio 2022-2023. “Entre esos dos años habrá que devolver al FMI unos US$ 45 mil millones, es más del 10% del PBI actual de Argentina, no se podrá pagar todo, hay que refinanciar”, señaló Rajnerman.
Guido Lorenzo, de LCG, y Rajnerman plantearon que la sostenibilidad de la deuda depende “fundamentalmente” de otra condición: que Argentina “vuelva a crecer a tasas del 3% anual” para “generar fondos propios para cubrir el pago de intereses, que el crecimiento genere el superávit fiscal, y no el ajuste”. Lorenzo auguró que “si la economía no crece es imposible que la trayectoria de la deuda no sea ascendente”.