Perfil (Domingo)

Obra que toca el corazón y despierta los sentidos

Las actrices protagoniz­an Cien metros cuadrados en una temporada difícil. Hablan del apoyo de ambas al colectivo Actrices argentinas, y del caso Dartés que, aseguran ya es un ícono para darle visibilida­d a ciertas situacione­s.

- ANA SEOANE

La crisis no frena el ímpetu por estrenar en el teatro. Así lo demuestran estas dos actrices que presentan de miércoles a domingos en el Multitabar­is Comafi la obra Cien metros cuadrados, del dramaturgo español Juan Carlos Rubio. Ellas son María Valenzuela y Florencia Bertotti, quienes junto a Stefano Di Gregorio y con dirección de Manuel González Gil arriesgan.

“Hace mucho, tres años, que estoy detrás de esta obra –recuerda Valenzuela–. Nos pusimos en campaña con Juan Manuel Caballe y con González Gil y de pronto aparece este sol que es Florencia. Ella se sumó como adaptadora y productora, y así pudimos estrenar.”

—¿Cómo fue la adaptación? BERTOTTI: No la hice sola, fue un trabajo en conjunto con el director, Manuel González Gil. El es un ser de paz, que te da confianza. Es mi primera vez en este campo de la adaptación y tuve miedo. Buscamos sacarle los modismos españoles y ubicarlo en Buenos Aires.

—¿Cómo componés a este personaje tan mayor?

VALENZUELA: A diferencia de mí, ella no tiene cirugías y es una mujer abandonada y entregada a la muerte. Es una composició­n desde lo físico, me teñí el pelo de gris y la excelente actriz y compañera Karina K me enseñó a marcar el rostro,

las arrugas, para envejecerm­e. Por lo cual debo venir al teatro bastante tiempo antes para maquillarm­e, ya que en mi vida tengo rasgos juveniles y una operación. Mi personaje, Lola, tiene varios años más que yo y debo componerlo.

—¿El humor español es distinto al nuestro?

V: Creo que cada país tiene su humor. Para escribir esta comedia el dramaturgo español Juan Carlos Rubio se inspiró en una frase de John Lennon que dice: “La vida es eso que te pasa mientras pensás qué hacer con ella”. A mí me hizo recordar lo que viví con el derrame cerebral que tuvo mi hija Malena. Todo estaba acomodado, en un momento cambió y hay que aprender a convivir con eso. Habla del día a día, que hay que vivir hoy, dejando tantos planes de lado.

B: Tenía modismos que te causaban gracia, pero necesitaba­n adaptación. Buscamos argentiniz­arla.

—¿Los espectador­es reclaman comedias?

V: Creo que la gente busca divertirse y reírse, lo palpé con El show de la menopausia, pero también quiere que le toquen el corazón, despabilar­se un poco. Esta obra te despierta los sentidos, para dejar de estar enquistad en el futuro, y que te trae al ahora, para no perder minutos de vida.

—¿Qué posición adoptan frente al colectivo de Actrices Argentinas?

V: Las apoyo, aunque no participo del colectivo. Estuve todo el tiempo de gira y no estaba en Buenos Aires; ellas siempre se reunían y no pude estar en sus encuentros. Tanto en el tema de la violencia de género como en todo por lo cual pelean estoy a favor y en coincidenc­ia con ellas.

B: Coincido. No participé pero estoy a favor de que todos puedan vivir su sexualidad liacentuán­dome bremente y no tener problemas laborales. Siempre estuve al margen, no quiero estar expuesta, por eso no es tan activa mi participac­ión.

—Hubo un antes y un después del caso Darthés…

B: No trabajé ni compartí nada con Darthés, aunque estuve en Simona desde el otro lado. Entré al grupo para trasladarl­o al escenario y él no fue convocado para el teatro. Sentí que fue un caso bandera, un ícono para visualizar estas situacione­s que pasaron también mucho antes. Por este caso se expuso y gracias a este no volverán a pasar. Si vemos los programas de Olmedo

y Porcel nos damos cuenta de que tenían un trato hacia las mujeres que hoy sería imposible. Por suerte, estamos en otros tiempos. Hoy apuntamos al bienestar de todos.

V: Empezaron a destaparse cacerolas, ollas. No hablo de él, porque no quiero que me insulten y seguir bloqueando gente por las pavadas que me dicen. Que se encargue la Justicia. Fue un hecho de concientiz­ación y dio la posibilida­d de denunciar a muchas mujeres, que perdieron el miedo, la vergüenza, pidieron ayuda y se defendiero­n.

—¿Teatro o televisión?

V: Son muy distintos. El teatro tiene este ida y vuelta al toque que no lo tenés en la televisión, donde aparece después solo el numerito. Aquí los escuchás respirar e implica una gran concentrac­ión. Hoy por hoy me quedo con el escenario.

B: Siempre hice teatro multitudin­ario. Rescato esta energía, la risa y la emoción que es en el momento. Para mí este tipo de teatro es nuevo. Vengo de la televisión, que no me genera desafío, el escenario sí. Quería actuar y encontré en este texto muchos riesgos como para volver. Busqué salir de mi zona de confort.

—¿El director aparta la mirada masculina?

B: El es muy sensible, sabe entender el color de cada situación y les da luz a los lugares del encuentro. Estos dos protagonis­tas se buscan, es una historia de amor entre

estas dos mujeres.

V: Aquí el espectácul­o empieza con disputas y luego se va armando el vínculo entre ellas, al conocerse.

—¿Y la crisis económica...? V: Seguimos apostando.No pienso en el público, confío mucho en el cuento. Me fascina lo que hacen mis compañeros y pienso en esto.

—Hiciste muchas giras, ¿cómo viste al país?

V: Conozco todo el país. En todas partes hay gente con dinero y otra sin él. Los que van al teatro son los primeros. En las provincias pasa lo mismo que en Capital: hay mucha pobreza, gente durmiendo en la calle, como en la avenida Corrientes. Estuve dos meses haciendo giras en la provincia de Buenos Aires, en la costa con El show de la menopausia, y me bajé. Cien metros cuadrados, hace dos años que quería hacerla.

—Es tu primera experienci­a en el teatro para adultos y sin música…

B: Hay música pero no la canto yo, sigo haciendo letras de músicas, pero no aquí. Lo vivo como un desafío enorme, porque es una obra de texto con profundida­d que no había hecho nunca. Me animo porque está María, que tiene una experienci­a donde puedo apoyarme. Salgo de un lugar de confort profesiona­l y me tiré a la pileta. Todo se dio muy rápido. Pusimos horarios más temprano para que pueda llegar a casa a acostar a Romeo, que ya tiene diez años.

“Busqué salir de mi zona de confort y encontré en este texto muchos riesgos para volver”. (Bertotti)

 ?? SERGIO PIEMONTE ?? DUPLA. María Valenzuela y Florencia Bertotti embarcadas en un proyecto que gestaron junto al director Gonzalez Gil en el MultiTabar­ís.
SERGIO PIEMONTE DUPLA. María Valenzuela y Florencia Bertotti embarcadas en un proyecto que gestaron junto al director Gonzalez Gil en el MultiTabar­ís.
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MOMENTOS. María Valenzuela y Calu Rivero en Dulce amor. Bertotti y su pareja, Federico Amador. En Guapas con el elenco y Suar.Valenzuela siempre al lado de Malena.
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CEDOC PERFIL

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