Dujovne juega al tenis, hace campaña y se imagina en un segundo mandato
Después de atravesar un 2018 entre corridas, acuerdos, revisiones y nuevos acuerdos con el Fondo Monetario, y tras salir airoso de crisis en el gabinete donde llegó a ofrecer su renuncia aquel fin de semana hace un año en la Quinta de Olivos, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, respira.
Apenas con la inflación bajando del pico de 57% a 55% en doce meses, con el dólar calmo y viendo algunos indicadores económicos con valores positivos en la comparación interanual por primera vez en once meses, el funcionario decidió esta semana meterse de lleno en la campaña electoral y cuestionar afirmaciones del candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, sobre el déficit fiscal.
Las chicanas fueron y vinieron como en aquellos días en los que Dujovne era un economista en el llano y usaba la red social del pajarito para divertirse. “No rehúsamos el debate”, dicen en su entorno, cuando se plantea si con una economía en recesión y con crecimiento de la
pobreza, no sería mejor no exponerse a hablar de esas variables. “Vieron un flanco para cruzarlo a Alberto y se mandaron”, dicen algunos, aunque difícilmente pueda creerse en que no hubo coordinación con Jefatura de Gabinete.
Como sea, son los días felices de Dujovne, que ha vuelto a jugar al tenis con
asiduidad para relajarse mientras suelta a su entorno que la inflación puede darle una noticia mejor a la esperada en julio. Alguno lo escuchó entre smashes y drives vaticinar 1,9% para la medición que se conocerá el 15 de agosto.
“Puede ser que esté cansado, pero no lo veo yéndose del Gobierno si Mauricio Macri logra la reelección”, aseguran los que lo conocen. Es cierto que el mercado imagina “shock” en cien días de un eventual Macri reelecto, y por eso mencionan una eventual llegada de Carlos Melconian a su lugar, el mismo que sonó para reemplazarlo durante la turbulencia, que sin embargo, no lo removió de su cargo.
Mientras tanto, el Ministerio de Hacienda se ocupa puertas adentro de, por un lado, como contó el diario La Nación esta semana, prepararle borradores de eventuales cambios impositivos para que los analice la Casa Rosada; y, por otro, de seducir a inversores con informes como el difundido hace diez días donde se muestra desde la reducción del gasto primario en términos reales hasta la “recuperación de la competitividad sistémica”, donde se incluyen obras públicas, “revolución de los aviones” y hasta el Metrobus.