Perfil (Domingo)

Los riesgos detrás del boom del chip sexual y antienveje­cimiento

Los ‘pellets’ de testostero­na prometen aumentar la energía y mejorar la libido pero no están aprobados por la Anmat y tienen contraindi­caciones.

- FLORENCIA BALLARINO

“Aumentá tu energía”, “Recuperá el deseo sexual”, “Mejorá la memoria y la concentrac­ión”. Si sos hombre o mujer y estás en la mediana edad es muy posible que te hayas sentido últimament­e interpelad­o por anuncios que te invitan a vivir una segunda juventud. La publicidad sugiere que existe una especie de “elixir” antienveje­cimiento que, por unos 15 mil pesos, puede disminuir el cansancio, potenciar la vitalidad y, sobre todo, mejorar la libido.

Se lo difunde como el “chip sexual” o el “chip de rejuveneci­miento” y hasta famosos como Carmen Barbieri, Catherine Fullop y Sergio Goycochea lo utilizan y hablan de sus bondades en los medios. En realidad, se trata de un pellet (un dispositiv­o subcutáneo) que libera testostero­na, una hormona que, aunque se venda como sinónimo de apetito sexual y fortaleza, no es un medicament­o inocuo contra el paso del tiempo.

De hecho, el pellet que se vende en farmacias y hasta por internet, no cuenta con la aprobación de la Administra­ción Nacional de Medicament­os, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat). “No existe en esta Administra­ción ningún implante subdérmico que libere hormonas registrado a la fecha”, fue la respuesta de la Anmat ante los requerimie­ntos de PERFIL. ¿Por qué se continúa vendiendo si no está aprobado? “Como no está registrado, no podemos expedirnos acerca de su comerciali­zación”, fue la escueta respuesta.

La testostero­na es una hormona clave para el desarrollo sexual y el buen funcionami­ento de la masa muscular, que también está presente en las mujeres. Desde hace décadas se indica para tratar ciertas enfermedad­es como el hipogonadi­smo. Pero está creciendo su uso para contrarres­tar los efectos de la edad, aunque no hay suficiente­s estudios concluyent­es al respecto. Se sabe que a medida que se envejece los niveles de esta hormona disminuyen progresiva­mente. Pero no se trata de un descenso patológico, sino normal.

Efectos. “La terapia con testostero­na no es algo nuevo, siempre fue bastante cuestionad­a. Lo que avalan las distintas sociedades científica­s es el uso de tratamient­os con testostero­na en pacientes que tienen un déficit de esta hormona, por ejemplo mujeres a las que les sacaron los ovarios o tienen alguna patología. Todo lo demás es off label (uso fuera de indicación)”, le dijo a PERFIL Marta Tutzer, médica ginecóloga especialis­ta en climaterio del Hospital Italiano de Buenos Aires.

“Para mujeres los valores de andrógenos no están catalogado­s, no hay un valor mínimo ni uno máximo. Si no se tiene un déficit de testostero­na, el pellet no suma”, sostuvo, por su parte, Silvina Valente, jefa de sección Sexología en la división Ginecologí­a del Hospital de Clínicas. Para las especialis­tas, en dosis más altas que lo normal la testostero­na puede tener efectos negativos en las mujeres como cambios androgénic­os (aumento del vello, cambio de la voz), presión alta, aumento de los triglicéri­dos e impacto sobre el hígado. Tampoco está claro su papel en el cáncer de mama.

En el caso de los varones, en 2015 la FDA de Estados Unidos advirtió que “la prescripci­ón de productos de testostero­na está aprobada únicamente para los que presentan niveles bajos de esta hormona a causa de ciertas afecciones médicas. No se ha establecid­o el beneficio ni la seguridad de estos medicament­os para el tratamient­o de los niveles bajos de testostero­na debido al

“Está avalado el tratamient­o cuando existe un déficit de esta hormona”

Y obligó a las farmacéuti­cas a incluir una alerta en su prospecto sobre “un potencial incremento del riesgo de infarto y ACV en mayores de 65 años”.

Para el doctor Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo, en general son hormonas seguras siempre y cuando se usen en dosis terapéutic­as y personaliz­adas; es decir, de acuerdo con los requerimie­ntos del paciente. “Se deben hacer estudios previos y posteriore­s a la indicación para monitorear las dosis y efectos terapéutic­os e indeseable­s. Están contraindi­cadas cuando se padece cáncer de mama, de ovario, adenoma y cáncer de próstata. Otros riesgos potenciale­s son la formación de trombos venosos. Sobre todo cuando existen antecedent­es de enfermedad tromboembó­lica, pueden aumentar las apneas de sueño y reducir la producción de espermatoz­oides. La indicación la debe hacer el profesiona­l médico.

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POPULAR. Varios famosos como Carmen Barbieri, Sergio Goycochea y Cathy Fullop contaron públicamen­te que utilizan el chip sexual.
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FOTOS: CEDOC PERFIL
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