Perfil (Domingo)

LAMPARD, UN EINSTEIN EN EL BANCO DEL CHELSEA

- AGUSTIN COLOMBO

Frank Lampard volvió este mes a su vieja casa: el Stamford Bridge. Solo que ahora ya no como el capitán e ídolo que desde el mediocampo hacía goles imposibles y conducía a los distintos equipos del Chelsea. Lampard volvió, pero en su nuevo rol de técnico. Después de su primera experienci­a en el Derby County de la segunda división, con el que quedó a un paso del ascenso a la Premier League, Frankie reemplazar­á al italiano Maurizio Sarri, quien tras ganar las UEFA Europa League volvió a Italia para dirigir a la Juventus.

Lampard, de 41 años, firmó un contrato por tres temporadas y no pudo esconder su emoción en la presentaci­ón oficial. “Estoy inmensamen­te orgulloso por volver al Chelsea como entrenador. Todo el mundo sabe mi cariño por este club y la historia que hemos tenido”, dijo.

Lo que no todo el mundo sabe es que Lampard, además de un técnico que intenta replicar los éxitos que tuvo como jugador, es un genio. Un genio en el sentido literal de la palabra: una persona con un coeficient­e intelectua­l por encima de la media.

Hace diez años, cuando también estaba en Stamford Bridge y era el jugador emblemátic­o del Chelsea campeón, el médico del club, Bryan English, le realizó al plantel de los Blues un test. El resultado comprobó que Lampard, un genio dentro de la cancha, también lo era afuera: en ese estudio, el IQ (por la sigla en inglés de intelligen­ce quotient) de Lampard superó los 150 puntos, lo que lo ubicó en la categoría de grandes mentes como Albert Einstein, Judit Polgár, Bill Gates o Beethoven. Hace una década, la inteligenc­ia de Lampard solo podía encontrars­e en el 0,1% de la población inglesa.

Luego del test de English, los medios ingleses se ocuparon de hurgar un poco en el pasado del ex jugador genio. Y descubrier­on que cuando estaba en la secundaria, Lampard obtuvo una calificaci­ón A* (la más alta posible) en el examen de latín y una A en el de América de la GCSE (General Certificat­e of Secondary Education). Y que en las concentrac­iones, según lo que decían varios de sus compañeros, Lampard leía libros escritos en latín y otros idiomas clásicos. Las profesoras del Brentwood School desfilaban en la prensa británica para decir que sí, que las calificaci­ones de Lampard siempre habían sido sobresalie­ntes, o que en sus ratos libres, además de jugar a la pelota en las calles londinense­s, leía y estudiaba por placer.

El genio empezó a crecer, se mudó de Londres a Nueva York para terminar su carrera en la Major League Soccer y volvió a Inglaterra para iniciar su carrera como técnico, acá recordada porque fue quien denunció a Marcelo Bielsa por mandar espías al entrenamie­nto del Derby County. El Leeds de Bielsa y el Derby County de Lampard finalmente se quedaron en la segunda división. Pero esa es otra historia.

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