Perfil (Domingo)

Narcos, paintball y policías.

El jefe de un clan familiar fue fotografia­do jugando con tres agentes en Rosario.

- LEONARDO NIEVA

La narco banda rosarina Los Monos no cobró notoriedad a nivel nacional por su estructura, logística y poder de fuego, sino por la sangrienta disputa que libró con otro grupo que intentó monopoliza­r el negocio de la droga. En mayo de 2013, el crimen de Claudio “Pájaro” Cantero (29) profundizó la guerra y desató una ola de venganzas en Rosario. Hacía rato que los narcos dominaban las zonas más humildes de la ciudad, reclutaban gente y compraban voluntades policiales.

Walter Abregú (41), conocido por todos por el apodo de “Dulce”, creció en el barrio Fonavi de Parque Oeste y con el tiempo arrastró a casi toda su familia al negocio de la droga. Son pocos los familiares que no terminaron en la cárcel como él. Desde sus padres hasta su mujer pasando por su suegra, el yerno y el cuñado, entre otros.

Esta semana fueron arrestados Alexis Nicolás y Cristian Abregú, dos de los hermanos de “Dulce”. Llevaban cerca de un año prófugos de la Justicia. Siete días antes había caído él, después de permanecer oculto diez meses pese a figurar en la lista de los delincuent­es más buscados de la provincia de Santa Fe y tener un pedido de recompensa de 500 mil pesos. En la casa de la calle Rivarola al 7000, en la zona oeste de la ciudad, donde fue capturado había montado un altar de San La Muerte al que le ofrendaba joyas de oro.

“Dulce”, quien en sus inicios se dedicaba a la piratería del asfalto, estaba siendo investigad­o por narcotráfi­co mucho antes que estallara la guerra que dividió a la ciudad. Tres meses antes de que lo acribillar­an al “Pájaro” Cantero un comisario envió un informe a la Secretaría de Delitos Complejos de la Policía de Rosario que contenía una foto muy particular: el capo narco que estaban siguiendo había sido retratado junto a tres policías de la Agrupación de Unidades Especiales (AUE).

La imagen, que fue difundida por el diario La Capital de Rosario, había sido tomada en el “Campo Félix”, un predio de la localidad de Olivares donde practican paintball. Abregú había participad­o del “combate” junto a los policías Mariano Leiva, Fernando Acosta y Ariel Saucedo, y aparecía sonriente en

la imagen que forma parte del expediente judicial.

Curiosamen­te ninguno de los efectivos fue sancionado ni investigad­o después de que las autoridade­s recibieron esa informació­n. Tuvieron que pasar cerca de cinco años para que la Justicia actuara.

Lo llamativo es que la denuncia había sido realizada por un comisario que meses después terminaría preso acusado de pasar datos confidenci­ales a Los Monos: Gustavo “Gula” Pereyra.

Pereyra es uno de los 13 ex policías que llegó a juicio junto a los principale­s miembros de la narco banda y terminó absuelto.

En la cárcel. Dos de los agentes que aparecen en la foto no solo no pertenecen más a la fuerza, sino que además están detenidos: Leiva fue arrestado el año pasado acusado de formar parte de la banda de “Dulce” y Acosta cumple una condena a seis años de prisión por integrar una organizaci­ón delictiva que asaltó dos entidades bancarias.

Leiva negó los cargos, pero reconoció que él es uno de los

hombres que aparece en la foto junto a “Dulce” Abregú y otras ocho personas.

Sin embargo, aseguró que se trató de “una casualidad” y que no tiene trato con ninguno de ellos.

El sargento fue arrestado el 24 de octubre del pasado durante una serie de operativos que tenían como objetivo debilitar la estructura del clan Abregú: además de Leiva detuvieron a los padres de “Dulce”, su esposa, la suegra, una hermana y su pareja.

Según fuentes policiales consultada­s por PERFIL, Abregú es considerad­o uno de los principale­s narcos de Rosario. Un capo que ganó terreno de la mano de Los Monos. De hecho, siguió y expandió el modelo de los Cantero: no solo porque armó una estructura familiar para evitar traiciones sino porque además, su gente cortaba la cocaína en varios sitios al mismo tiempo para evitar que un hipotético operativo policial detonara el negocio.

Como en los grandes cárteles colombiano­s, el tráfico de esta banda creció a partir de los contactos en las fuerzas de seguridad. Si algo siempre supo “Dulce” desde que decidió expandir el negocio fue que tener a un policía de amigo valía mucho más que diez soldados.

Con ellos de su lado obtenía informació­n confidenci­al sobre los operativos que realizaban para estar alerta y descartar cualquier elemento de prueba que pudiera compromete­rlo.

“Dulce” sabía cómo seducirlos. Cuando lo detuvieron tenía preparado un bolso con cien mil pesos que supuestame­nte estaban reservados para coimear a los policías que intentaran arrestarlo. Sin embargo, esta vez el dinero no funcionó.

Abregú comenzó siendo pirata del asfalto, pero rápidament­e pasó al negocio narco

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DIARIO LA CAPITAL EQUIPO. El jefe del clan fue fotografia­do en 2013 después de practicar paintball en “Campo Félix”, un predio de Olivares. Un jefe policial pasó la imagen, pero nadie hizo nada.
 ??  ?? “Dulce” (centro), y Cristian (der.). fueron arrestados en un lapso de 15 días. El líder tenía
“Dulce” (centro), y Cristian (der.). fueron arrestados en un lapso de 15 días. El líder tenía
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HERMANOS. Alexis (izq.).,
 ?? FOTOS: PSA ?? un bolso con $ 100 mil.
FOTOS: PSA un bolso con $ 100 mil.

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