Rapidez y furia
Este mes se estrenó Rápidos y furiosos. Hobbs & Shaw, con Dwayne Johnson y Jason Statham, que nos trae una nueva trama de acción y persecuciones de la serie titulada The Fast and the Furious, iniciada en 2001 y que derivó hasta ahora en nueve secuelas.
Es interesante recordar la historia del título de esta serie, que se remonta al siglo pasado. En 1954, en una de sus primeras incursiones en el cine, Roger Corman produjo una película de bajo presupuesto titulada The Fast and the Furious, con Dorothy Malone y John Ireland (que también fue el director). El argumento narraba la historia de un camionero, acusado de un crimen que no había cometido, que se fuga de la prisión, secuestra a una joven y su auto deportivo (un Jaguar XK120 de color blanco), y se inscribe en una carrera en cuyo recorrido atravesaría la frontera hacia México para evitar ser atrapado por la policía. Su plan deriva en un desenlace inesperado, pero en su desarrollo se encuentra con situaciones tensas y luego románticas con la joven raptada, y momentos de peligro que logran mantener en vilo a los espectadores. El costo de la película fue muy bajo (fue filmada en nueve días con un costo de 50 mil dólares). Dorothy Malone, que se había desvinculado de su agente, cobró un cachet mínimo y lo mismo aceptó John Ireland, a cambio de poder trabajar también como director. Roger Corman tuvo ofertas de tres compañías para distribuir la película, pero finalmente opto por otorgársela a la American Releasing Corporation, una compañía independiente creada ese año, que tiempo después se convirtió en American International Pictures, y que luego de The Fast and the Furious, su primer estreno, continuó hasta 1980 produciendo films de bajo presupuesto que generalmente se estrenaban en cines de baja categoría. En la Argentina, The Fast and the Furious ni siquiera se estrenó en los cines pero en 1958 se pudo ver en televisión por Canal 7 como si fuera una miniserie fragmentada en episodios de 20 minutos.
En 2001 se otorgó una licencia sobre el título The Fast and the Furious (pero no del copyright sobre la película) a Universal Pictures, y fue así que esa compañía pudo utilizarlo en una serie de films en los que las persecuciones en automóviles son el mayor atractivo, así como también en merchandising que incluía una variedad de automóviles deportivos y de carrera de juguete que se suelen vender en los kioscos de diarios.